La camarera robot que sirve de alternativa para la hostelería: “es la empleada que más trabaja y la más barata”

Es una más de la plantilla de trabajadores de este bar, pero tiene la condición de no quitar ningún puesto de trabajo.

Icíar Carballo

Se llama Lala y trabaja en uno de los bares situados en pleno corazón de Almería. Tiene una jornada laboral de 12 horas diarias, de lunes a domingo, y no cotiza a la Seguridad Social. Podría costar imaginar trabajar bajo estas condiciones, pero se trata de un caso real: Lala es un robot.

Llegó en enero de 2023 a Rotterdam Tap Room para facilitar el trabajo de sus nueve compañeros que conforman la plantilla, y hoy en día lo sigue haciendo con una serie de labores asignadas. Lala acompaña a los clientes hasta la mesa de reserva, lleva los platos que salen de cocina a los distintos comensales o recoge las mesas cuando los clientes abandonan el local. Pero, ¿qué beneficios han traído los robots al sector de la hostelería?

Carlos, el responsable del establecimiento, lo tiene claro: “Lala se ha convertido en una gran ayuda para todos los camareros, que caminan muchos menos pasos durante su jornada laboral desde que cuentan con la presencia de la robot, que hace entre 10 y 12 kilómetros diarios, mientras que en fechas señaladas acumula hasta 29”, explica a NoticiasTrabajo. Les evita una gran carga de trabajo que se suma a los beneficios que genera a la empresa: “es la empleada que más trabaja y la más barata”.

¿Robots cotizando a la Seguridad Social?

Es evidente que los robots se hacen un hueco entre los trabajadores y el sector hostelero es testigo de ello. Pero hoy el debate es otro: ¿cotizarán los robots a la Seguridad Social? No es la primera vez que se habla sobre ello, de hecho, es objeto de estudio desde hace años para mejorar la viabilidad de las pensiones. Sin embargo, no todos están de acuerdo.

“Es absurdo”, sentencia Carlos. “Si se cotiza a la Seguridad Social es para tener unos beneficios concretos, como una jubilación o un seguro médico. Algo que los robots no necesitan”, argumenta. Desde la perspectiva de empresario, asegura que ya pagan por tenerlos: con la inversión inicial para adquirir el robot y el mantenimiento que requiere.

El dueño y responsable de Lala confiesa que "si regularan la situación de los robots, prescindiría de ella llevándola a la “chatarrería".

¿Destruyen puestos de trabajo o ayudan al trabajador?

Un tema que se ha puesto sobre la mesa desde la aparición de robots en diferentes sectores es si estos realmente destruyen puestos de trabajo o ayudan al trabajador en sus tareas cotidianas. Algo que afectaría en gran medida a los ingresos de la Seguridad Social. Carlos asegura que “Lala jamás podría sustituir a ninguno de mis empleados” y señala que “la robótica en la hostelería puede ayudar, pero nunca podrá sustituir la imagen de un camarero”. 

De hecho, cuenta que, cuando adquirió a la robot, confiesa que se preocupó al pensar que Lala pudiera ser más efectiva que alguno de sus empleados.

"Hace 40 años, cuando salieron a la luz los lavavajillas y los implementaron en los bares, decían que iban a destruir puestos de trabajo, y hoy es impensable abrir un bar y no poner un lavavajillas". 

Por ello, hoy Carlos habla desde la tranquilidad, comunicando que su plantilla de trabajadores “sigue siendo la misma”, e incluso asegura haberla aumentado “desde que Lala está con nosotros” porque despierta la curiosidad de la gente, lo que ha provocado un aumento de la clientela.

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