Una herencia puede convertirse en una ayuda real para los más necesitados. Todo gracias al testamento solidario. Su procedimiento, al contrario de lo que la mayoría podría pensar en un primer momento, es de lo más sencillo. La única diferencia con el tradicional es que se incluye a una organización no lucrativa (ONG) como heredera.
Desde ‘Noticiastrabajo.es’ hemos hablado con el gestor del área de Legados solidarios y donantes de alto valor de Unicef España, Israel Quesada, para sacar del desconocimiento esta forma de ayudar que todavía no ha terminado de consolidarse en nuestro país. Aunque sí va teniendo mayor acogimiento. Para comenzar, lo primero es saber de qué forma se puede recoger a una ONG en el testamento:
- Como heredera universal: heredaría todo el patrimonio. Puede darse siempre que no haya herederos forzosos (hijos y descendientes del fallecido o en su defecto, sus padres y ascendientes. También entraría la pareja viuda). De existir estos, se podría dejar a la organización el tercio de libre disposición, como estipula la ley.
- Como coheredero o legatario: heredaría un bien concreto, como puede ser dinero, una vivienda o un vehículo.
¿Quiénes pueden realizar un testamento solidario? Cualquier persona que quiera distribuir sus bienes en caso de fallecimiento. Sí hay algo fundamental: sentirse identificado con la causa. Encontrar aquella que emocione y mueva por dentro. Así lo explica Quesada, poniendo como ejemplo Unicef: su apoyo a la infancia, ayudando a los niños más vulnerables alrededor del mundo. Identificada la causa, ¿cuál sería el siguiente paso?
Cómo hacer un testamento solidario
Una vez que sabemos en qué queremos ayudar, toca encontrar la organización que ofrezca “seguridad, responsabilidad y eficacia”. Quesada lo deja claro: hay que elegir la que más confianza suscite. Ahí entra un detalle fundamental: que la ONG escogida pueda resolver todas las dudas. Por ello, desde Unicef cuentan con un equipo dedicado especialmente a la gestión de estas herencias y legados.
El objetivo, más allá de que les incluyan en el testamento, es mantenerlo. Hay que recordar que este documento se puede cambiar cuantas veces se quieran, a la par que pueden cambiar las circunstancias vitales. Sea cual sea el punto de partida, estos son los pasos para realizar un testamento solidario una vez que se ha elegido a la organización:
- Ponerse en contacto con el equipo de la ONG para informar de la decisión y resolver las posibles dudas. En el caso de Unicef, ofrecen mantener una relación con el interesado donde les informan de la actividad, pero siempre con carácter voluntario (si no se quiere ningún tipo de comunicación, lo respetan). Aunque sí que recalcan que es una decisión que requiere tiempo y confianza, por lo que siempre se preocupan de explicar con claridad cómo trabajan y dónde destinan los fondos.
- Acudir a la notaría y explicar cómo se quiere incorporar a la organización en el testamento: legarle una cantidad exacta de dinero, destinarle el tercio de libre disposición, nombrarla como heredera universal... El procedimiento no es nada complejo y su precio está regulado: oscila entre los 40 y 50 euros. Un testamento, porque sea solidario, no va a costar más. Para hacerlo es importante conocer los datos fiscales, pues la organización tiene que estar correctamente identificada.
En caso de que, por las circunstancia personales, el testamento fuera complicado, Unicef dispone de un despacho con abogados especialistas en derecho sucesorio para ofrecer asesoramiento gratuito.
¿Qué se puede dejar en herencia?
Bienes de todo tipo. Literalmente, se puede dejar en herencia cualquier cosa. El responsable de Unicef, de forma anecdótica, nos cuenta que hubo un músico que dejó como herencia a la organización los derechos de autor de una ópera sin publicar: “Se pueden dejar bienes de todo tipo. Inmuebles, muebles, viviendas, joyas, una obra de arte, vehículos, dinero… Cualquier bien que sea de tu pertenencia es lo que se puede lagar o dejar que herede una entidad”.
Pero, ¿cómo utilizan estos bienes en Unicef? Gestionan las herencias de modo que puedan liquidarlas lo antes posible: “Cualquier bien que se legue a Unicef se va a convertir en dinero lo antes posible porque eso es lo que podemos utilizar para llevar a cabo nuestros proyectos”. Es importante explicar este movimiento: gracias a este dinero que consiguen liquidar a través de los bienes recibidos, pueden conseguir los fondos más importantes para la organización: los fondos de libre disposición.
Son aquellos que les permiten atender las necesidades más inmediatas, justo en el momento en que se producen, pero también poder situarse en el lugar antes de que se produzcan, atendiendo las emergencias desde dentro. También les permiten potenciar proyectos que se habían quedado sin financiación. Consiguiendo, de forma clara, conseguir que Unicef no sea una organización de proyectos finalistas, sino que pueda atender a la infancia en cualquier circunstancia.
También es relevante conocer cómo liquidan esos bienes: no se vende por vender, sino que se gestiona de la forma más profesional según los precios de mercado, trabajando con las agencias correspondientes. En cuanto a la fiscalidad, las organizaciones no lucrativas están exentas de impuestos. Esto quiere decir que aquello que se les deje en herencia o como legado les llegará de forma íntegra, no se quedará nada por el camino.
¿Son frecuentes este tipo de herencias?
Hay que entender el contexto. Israel Quesada explica el caso español: “Es algo que realmente está empezando a tener más cabida en la sociedad. En España lo primero que tenemos es un tabú respecto al testamento ya de por sí, no hace falta que sea solidario. Hablar de testamentos en nuestra sociedad es como un tabú, da corte, grima… ¿Esto qué significa? Que si ya es complicado hablar de testamentos simples, dar el paso a hablar de solidarios y destinar una parte de tu herencia a una organización es todavía más complicado”.
Pese a este hándicap, está comenzando a abrirse camino. En Unicef llevan alrededor de 10 años promoviendo esta manera de colaborar y poco a poco sí se va notando un mayor interés. A pesar de que, aun así, se está lejos de países como Reino Unido o Estados Unidos, siendo especialmente fuertes en los países anglosajones, donde “todo esto está naturalizado”.
Cada vez hay más personas y los motivos para realizar un testamento solidario son más diversos. Por lo general, es a partir de los 40 años cuando la gente empieza a pensar en el testamento. Hay también un perfil que está surgiendo: personas jóvenes con hijos que creen que es una forma de mostrar ese compromiso con la sociedad, con una causa. “Hay más personas que están optando por hacerlo y no porque toca hacer el testamento”.
Ya más igualado, en España siempre ha habido una cierta predominancia de mujeres sobre hombres, aunque ahora estén casi al 50%. “Predominan, sobre todo, perfiles que no tienen herederos forzosos y tienen mayor libertad para disponer de la herencia como deseen. Los que tienen herederos son los perfiles más innovadores y diferenciales”. El objetivo es conseguir que el testamento solidario se consolide como otro método más de colaboración, al igual que puede ser el pago de una cuota.
¿Cómo se enteran en la ONG de que la persona ha fallecido?
Es una de las preguntas más frecuentes. Por no decir la principal. ¿Cómo sabe una organización que una persona ha fallecido y les ha dejado una herencia? En caso de que no se lo haya comunicado previamente, para poder hacer un seguimiento, hay otras vías por las que una ONG puede descubrir la situación.
Los notarios, de hecho, cuentan con un código por el que deben avisar a la entidad no lucrativa cuando una persona ha fallecido. Estos suelen darse cuenta porque, incluso aunque no haya herederos forzosos, normalmente son los propios familiares los que solicitan una apertura de testamento para ver si figuran en el mismo. Otra opción es contratar a un albacea o informar de la decisión a un familiar o ser querido. Aunque pudiera darse el caso, es muy poco probable que una ONG no se acabe enterando de que se les ha dejado una herencia.
Con el procedimiento y las principales dudas resueltas, hay una lectura clara: el testamento solidario es una forma más de ayudar a una causa. No es un proceso caro o enrevesado. Y en el caso de Unicef, Quesada da una potente razón para apoyarla: “Si te conmueve la infancia, si consideras que es el futuro y consideras que necesita una atención como corresponde, es tu causa. Ojalá en el futuro nos ea necesario, pero, mientras lo sea, Unicef estará ahí”.
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