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Antonia, 65 años, jubilada: “Desde los 14 años no he parado de trabajar y a los 43 tuve mis primeras vacaciones. No me tenían asegurada y ahora solo cobro 800 euros de pensión”

El testimonio de Antonia, que fue obligada a jubilarse, refleja la realidad de quienes acceden a pensiones mínimas.

Antonia, jubilada
Antonia, 65 años, jubilada: “Desde los 14 años no he parado de trabajar y a los 43 tuve mis primeras vacaciones. No me tenían asegurada y ahora solo cobro 800 euros de pensión” |TikTok (@yahorasonsoles)
Icíar Carballo
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Durante décadas, miles de personas han contribuido al funcionamiento de la economía en empleos con contratos precarios, especialmente en sectores como la hostelería, el servicio doméstico o los cuidados de mayores, trabajos en los que el salario no es muy elevado aunque requiera emplear un gran número de horas.

Así, existen muchas mujeres que llegan a la jubilación tras una vida de esfuerzo, pero con pensiones mínimas, al no haber cotizado de forma continuada o suficiente durante sus trabajos. Es el caso de Antonia, jubilada de 65 años, que se ha hecho eco de esta realidad silenciada en el programa ‘Y ahora Sonsoles’ de Antena 3.

Denuncia la precariedad de su vida laboral

Antonia relata una trayectoria laboral marcada por la precariedad y la falta de reconocimiento en sus diferentes puestos. A lo largo de su vida, ha trabajado en bares, peluquerías, residencias de ancianos y en casas, pero en muchos de esos empleos nunca estuvo asegurada.

Sin embargo, solo ha podido cotizar 28 años, y aunque quería seguir trabajando, se vio obligada a jubilarse a los 65, con una pensión de apenas 800 euros. “Me dijeron que no podía seguir trabajando, que ya había trabajado bastante”, afirma Antonia, que reconoce haber atravesado una crisis personal por dejar de sentirse útil y por la necesidad de llegar a fin de mes. 

Además, añade que “desde los 14 años no he parado y a los 43 tuve mis primeras vacaciones”, algo impensable hoy en día. Una situación muy común entre quienes han desarrollado su vida laboral en la economía sumergida, una realidad que afecta especialmente a mujeres de su generación.

Una realidad que afecta a miles de mujeres

La brecha de género en las pensiones persiste. Aunque el Gobierno lucha contra la brecha de género en las pensioneslas mujeres perciben de media un 30% menos que los hombres. De este modo, sus prestaciones contributivas son menores y, cuando acceden a la jubilación, lo hacen con pensiones que, de media, no superan el 70% de lo que cobran los hombres.

Así, el testimonio de Antonia revela las consecuencias de un modelo laboral que ha dejado a muchas personas vulnerables durante la vejez. Más allá de la cifra de su pensión, su historia plantea la necesidad de dignificar las trayectorias que no se han contabilizado y repensar la suficiencia de las pensiones mínimas en España.