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No es ni la piscina ni el garaje: este es el detalle que más influye en el valor de la vivienda

Existe una premisa en los barrios que hace que unas viviendas sean mucho más deseadas que otras. Y tiene que ver con las zonas verdes.

Bloques de pisos
No es ni la piscina ni el garaje: este es el detalle que más influye en el valor de la vivienda |Unsplash
Jorge Magdalani
Fecha de actualización:
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Cuando pensamos en el valor de una vivienda, es común imaginar que tener una piscina o un garaje amplio automáticamente eleva su precio. Sin embargo, según expertos del sector como Ecologist Economics, hay dos factores que pesan mucho más: las zonas verdes y también la ubicación

Vivir cerca de colegios, centros de salud, supermercados y con buenas conexiones de transporte público puede aumentar significativamente el precio o el valor de una propiedad. Además, la seguridad del barrio y la proximidad a zonas verdes también son aspectos muy valorados por los compradores.

Vivir cerca o en zonas verdes puede aumentar (y mucho) el valor de una vivienda

Porque pasear por un parque, disfrutar de un jardín bien cuidado o tener árboles alrededor de nuestra casa no solo aporta belleza y tranquilidad. También puede marcar una diferencia notable en el precio. Según el informe de Ecologist Economics, vivir a menos de cinco minutos a pie de un parque o de un espacio con jardines puede incrementar el valor de una vivienda hasta en un 20 o incluso 50% en algunas ciudades. Y no se trata solo de dinero, pues el contacto con la naturaleza influye directamente en la calidad de vida de quienes viven cerca.

La presencia de árboles y áreas verdes ofrece beneficios que van más allá de lo estético. El mismo muestra que estos espacios reducen el estrés, mejoran la salud mental y fomentan la actividad física al aire libre. Para muchas familias, la posibilidad de que los niños jueguen cerca de casa o de disfrutar de un paseo tranquilo después del trabajo es un factor decisivo a la hora de comprar. Incluso los adultos sin hijos valoran cada vez más la sensación de bienestar y seguridad.

Se valora la presencia de árboles porque reducen el estrés y mejoran la salud mental

Es ahí donde aparece de las conclusiones más llamativas del estudio de Ecologist Economics elaborado en Wisconsin: los propietarios valoran mucho la sombra, la reducción de la contaminación y la mejora del paisaje que proporcionan los árboles de la vía pública. Todo esto beneficia a todo el vecindario sin generar esas cargas.

También conviene señalar que en zonas donde llueve más o las temperaturas son muy altas, la presencia de árboles suele influir menos en el valor de la vivienda, probablemente porque los compradores perciben un mayor riesgo de incendios o de caída de ramas.

Y aunque el tamaño de la vivienda es importante, no siempre es lo que más importa. La distribución del espacio y la funcionalidad de los ambientes juegan un papel crucial. Una casa bien distribuida, con espacios amplios y luminosos, puede tener un valor superior a otra de mayor tamaño pero con una distribución menos eficiente.

Aunque claro, el estado de conservación también impacta en su valor. Las viviendas nuevas o recientemente renovadas suelen tener un precio más alto que aquellas que requieren reformas. La calidad de los acabados, la eficiencia energética y el mantenimiento general son aspectos que los compradores consideran al valorar una propiedad.

Existe una investigación realizada por el silvicultor Cecil Koninjnendijk, que establece la llamada regla del 3/30/300. Esta señala que vivir donde al menos se ven tres árboles desde la ventana, el barrio cuenta con al menos un 30% de cobertura vegetal y se tiene un parque o zona verde a unos 300 metros, nos hace más felices. Siguiendo este código, una vivienda que se encuentre cerca de zonas verdes tendrá un valor más alto.