La escasez de mano de obra en el campo español es un problema que se arrastra desde hace más de una década y que se ha agudizado con la falta de relevo generacional. El progresivo envejecimiento de los trabajadores, la competencia de empleos en otros sectores que requieren menor sacrificio, y la comparación con las prestaciones públicas, como las ayudas del SEPE para desempleados, han reducido el atractivo del sector agrícola.
Una situación que preocupa a agricultores y cooperativas, que advierten de que la falta de temporeros amenaza la sostenibilidad de la producción en regiones clave como Extremadura, Andalucía o Murcia. Así lo ha denunciado Juan Francisco Rodríguez Chamorro, agricultor de Orellana la Vieja (Badajoz), en una entrevista para ‘CGU Canal de Orellana’.
Apunta a las ayudas públicas como el motivo de la falta de personal en el campo
El agricultor ha expresado su preocupación por la escasez de mano de obra y ha apuntado a las ayudas públicas como uno de los principales motivos de la falta de personal. “Nos encontramos con miles de personas en el INEM que hacen cuentas: 500 euros de ayuda, 200 de gasoil, sin tener que ir a trabajar y sin que me piquen los mosquitos”, lamenta.
Además, advierte de que la diferencia entre lo que se cobra por subsidio y lo que se percibe por trabajar en el campo resulta demasiado escasa para incentivar la contratación y asegura que muchas personas optan por esta vía, con la que tan solo “ganan 100 euros menos que yendo a trabajar”.
A esto se suma la falta de preparación y de compromiso de los jóvenes. “La gente no vale para nada. Te llevas a un tío al campo con una chaqueta de borreguito a las doce y media de la mañana con cuarenta grados de temperatura”, se indigna Chamorro. “La juventud piensa que va a vivir de TikTok o de ser youtuber. No quieren trabajar, no quieren ser profesionales de nada”, añade.
“Cuando los más mayores se vayan retirando, aquí no hay gente ni para echarte gasolina”
Pero, sin duda, la principal preocupación del sector es la falta de relevo generacional, y alerta de que la retirada de los trabajadores de mayor edad dejará un vacío difícil de cubrir. “Cuando los mayores de cincuenta años se vayan jubilando, aquí no habrá gente ni para echarte gasolina”, asegura, señalando que “tampoco quieren aprender”.
Sin embargo, Chamorro reconoce que existen “buenos profesionales”, pero precisa que “la mayoría ya están colocados en los sitios grandes, con más estabilidad y más días de trabajo”, concluye haciendo referencia a las grandes empresas.

