Noruega es uno de los destinos que más llama a la atención a los jóvenes, debido a sus altos salarios y donde la jornada laboral media se sitúa en las 33,5 horas semanales. Aun así, no todo es tan bonito como parece. Es decir, se puede vivir, pero “bien” y cobrando una alta nómina puede que no sea tan real como pensamos. Jorge Corrales, un sevillano de 38 años que lleva cuatro años viviendo en el país nórdico, lo explica sin filtros en su canal de YouTube, BricoBjorgio: “No es un país fácil para vivir, pero estoy súper agradecido de estar aquí”.
“Empecé ganando unas 170 coronas la hora, unos 1.450 euros al mes”
Con más de 25 años de experiencia en hostelería, Jorge llegó a Noruega sin dominar el idioma y con un nivel medio de inglés. “No vine hablando muy bien inglés ni con muchas skills”, reconoce. “Pero con el tiempo lo he mejorado y hoy lo hablo con mucha fluidez”. Por lo que saber el idioma es un requisito “opcional”, pero que abre muchas puertas.
Su primera oportunidad fue en el sector hotelero, donde el sueldo era de 170 coronas por hora (unos 14,5 euros/hora). “No estaba mal, pero no me compensaba el ambiente laboral”, explica.
En ese momento trabajaba a jornada completa, lo que equivalía a unos 1.450 euros mensuales netos, según sus cálculos. Más adelante, tras cambiar de empresa y demostrar su experiencia, consiguió un aumento: “Me vieron trabajar y me dijeron: ‘te puedo pagar más’. Es muy importante valorarse, porque si eres buen trabajador, aquí te lo reconocen”.
“Aquí tener contrato fijo es fácil, y enfermarse no es un problema”
Corrales destaca la seguridad laboral como una de las grandes ventajas de trabajar en Noruega. “Aquí desde el primer momento tienes contrato, y es muy fácil tener uno fijo. Si te pones enfermo, no pasa nada. Puedes llamar a la empresa y decir que no te encuentras bien, y tienes tres días de baja sin ir al médico”.
Una diferencia que, según él, marca un antes y un después respecto a España. “Allí parece que no estuviera permitido ponerse malo. Aquí todo el mundo tiene derecho a enfermarse”.
Después de pasar por varios hoteles y bares, Jorge decidió ajustar su carga laboral. “Trabajo al 70%: una semana tres días, la siguiente cuatro. Así tengo tiempo para estar con mi pareja. Aquí puedes elegir cuánta carga laboral quieres tener, y eso no tiene precio”.
Aunque trabaja menos horas, puede mantener un buen nivel de vida. “Entre los dos gastamos unas 13.500 coronas al mes en alquiler, unos 1.150 euros. Antes gastábamos mucho más, pero ahora ahorramos incluso en comida: en el hotel nos dejan llevarnos lo que sobra del día”.
Además, ha aprendido a reducir costes de forma ingeniosa: “Me preparo mi propia cerveza en casa. Con un sirope de malta saco 25 litros por unas coronas. Sale baratísimo”.
“Solo la fianza y el primer alquiler te cuestan 4.000 euros”
En cuanto a la vivienda, Jorge advierte de que mudarse a Noruega requiere previsión económica. “Solo del alquiler y la fianza se te van 40.000 coronas nada más llegar, unos 4.000 euros. Hay que venir con un buen colchón, porque si no, te quedas sin nada en el primer mes”.
Pese al alto coste de vida, asegura que el esfuerzo merece la pena. “En cuatro años hemos podido ahorrar y estamos a punto de comprar nuestro propio apartamento. ¿Dónde se ha visto eso en España?”.
“No es fácil, pero el Estado no te deja tirado”
Aunque reconoce que Noruega puede ser dura —por el clima, la soledad o la falta de luz solar—, Corrales insiste en que el sistema ofrece apoyo real. “Si te quedas sin trabajo, el NAF te ayuda. Tienes derecho a subvenciones mientras encuentras otro empleo. El Estado no te deja tirado”.
Su mensaje final es claro para quienes sueñan con emigrar: “No os desmotivéis. Al principio hay que tirar con lo que sea, pero poco a poco te vas asentando. El que la sigue, la consigue”.

