Acceder a una vivienda en propiedad sigue siendo uno de los grandes retos para los jóvenes (y no tan jóvenes) españoles. La escalada de precios, las exigencias de los bancos y la inestabilidad laboral retrasan cada vez más el momento de firmar una hipoteca. Sin embargo, hay una franja de edad que los expertos consideran la más adecuada para dar este paso: entre los 30 y los 40 años, como ha explicado la economista Leticia Poole en ‘Informativos Telecinco’.
Leticia Poole señala que en esa etapa de la vida confluyen varios factores clave. Por un lado, la mayoría de personas ya han alcanzado una cierta estabilidad laboral y cuentan con capacidad de ahorro; por otro, aún disponen de un horizonte amplio para amortizar el préstamo de la hipoteca antes de la jubilación.
Los 30 y los 40 son la mejor edad para pedir una hipoteca, según Leticia Poole: "Se combina mayor seguridad laboral con plazos suficientes"
La edad, en cualquier caso, no lo es todo. Como Poole, los analistas insisten en que la situación financiera personal pesa tanto o más que la fecha en el DNI. La estabilidad en el empleo, el nivel de ingresos y la posibilidad de crear un colchón de ahorro son determinantes para acceder a mejores condiciones hipotecarias.
O lo que es lo mismo; el mercado hipotecario ha evolucionado hacia fórmulas que buscan adaptarse a los distintos perfiles profesionales. Para un trabajador con contrato fijo, la opción más recomendable suele ser una hipoteca fija o mixta, ya que “su estabilidad de ingresos permite afrontar cuotas regulares sin grandes sobresaltos”, apunta Poole, profesora de Economía y Empresa en la Universidad Europea de Valencia.
Mientras, los trabajadores autónomos, que suelen tener meses con variaciones en su facturación, tienden a beneficiarse de productos como las hipotecas flexibles. “Estas ofrecen un margen para organizar mejor los pagos en periodos de menor actividad económica, permitiendo elegir tanto la cuota mensual como el plazo de devolución".
La importancia de una buena estabilidad financiera y la capacidad de ahorro
La economista recuerda, no obstante, que la edad es solo un elemento más dentro de la ecuación. Lo realmente decisivo es la situación financiera personal: el tipo de contrato laboral, el nivel de ingresos y la capacidad de generar un colchón de ahorro para disponer de la entrada de una casa. “Tener 30 años no garantiza poder asumir una hipoteca, pero sí aumenta las probabilidades de hacerlo en mejores condiciones que si se espera demasiado”, apunta.
De hecho, los bancos valoran más la solvencia y estabilidad del cliente que su edad concreta. De poco sirve tener 35 años si se carece de ingresos regulares, mientras que un comprador de 42 con una economía saneada puede obtener una hipoteca en términos favorables.
Por su parte, el mercado hipotecario en España atraviesa un momento difícil. En julio de 2025, el importe medio de los préstamos para vivienda alcanzó un récord histórico, con una media de 158.153 euros, según datos del INE. Sin embargo, la buena noticia es que los tipos de interés han caído casi a la mitad en el último año, situándose en torno al 2,9%, el nivel más bajo de los últimos cinco años.
Esta bajada de tipos está impulsando la concesión de hipotecas y abriendo una ventana de oportunidad para quienes se encuentran en esa franja de los 30 a los 40 años. "No se trata de lanzarse sin pensar, pero el contexto actual facilita que muchos compradores accedan a préstamos en mejores condiciones de las que había hasta hace dos años”, subraya Poole.

