A pesar de sus leves diferencias, siguen existiendo confusiones en torno al CVV y CVC, dos elementos básicos en cuanto a la seguridad y buen uso de una tarjeta de crédito. Más aún tras el que parece ser un imparable auge del comercio digital, que parece haber llegado para quedarse, con los consecuentes peligros de la ciberdelincuencia y las armas y técnicas que les ofrece internet para actuar, como el phishing. ¿Son lo mismo? ¿no lo son? ¿para qué se usa cada uno y dónde pueden encontrarse?
Por ello, dada su importancia y las dudas que continúan generando ambas siglas, que incluso se redobla cuando entra en escena el CVV2, la plataforma financiera ‘Asufin’, que vela por los derechos de los consumidores, ha explicado el significado de cada uno de ellos, para qué sirven y dónde encontrarlos. Estos dígitos pueden ser la salvaguarda a muchos estafas y robos, por lo que se recomienda que permanezcan en la más estricta confidencialidad.
¿Qué es el CVV y el CVC?
Son las siglas de las palabras ‘Card Verification Value Code’. Traducido al español, código de valor de verificación de la tarjeta. En resumen, el elemento de identificación único de seguridad de esa tarjeta de crédito o débito. Compuesto por tres o cuatro dígitos, se puede localizar en el dorso de cada ‘plástico’, como también se denomina a las tarjetas. Aunque también es posible consultarlo en las aplicaciones móviles de cada entidad bancaria.
Del mismo modo, existen dos tipos más de CVV. Uno de ellos es el presencial, cuando la tarjeta sí está físicamente presente a la hora de que el vendedor proceda a realizar el cobro. Es automático, ya que es el propio TPV (Terminales punto de venta) o los lectores de tarjetas los que lo identifican cuando ‘leen’ la tarjeta, generando un código para el emisor de la tarjeta con el objetivo de que este devuelva la autorización si todo está en orden.
El otro es el CVV dinámico. Por así decirlo, se trata de un refuerzo extra en el proceso de compra, que se ha popularizado con la explosión del comercio digital, y que busca que nadie pueda usar la tarjeta en caso de pérdida. De esta manera, la entidad bancaria de la tarjeta genera un código único y aleatorio que llega al dueño a través de un SMS y debe completar en el proceso dentro de un tiempo estipulado, que suele ser de tres o cuatro minutos.
¿Qué es el CVC?
Con distinto nombre, representa lo mismo que el CVV. La razón de la diferencia en la última letra de la sigla es que no todos los bancos conocen al CVV de la misma manera. Algunos también lo denominan Card Verification Code (código de verificación de tarjeta).
¿Qué hacer si alguien sabe mi CVV?
Generalmente, la mayoría de las entidades bancarias poseen un sistema doble de identificación (CVV más SMS) a la hora de realizar compras por internet. Por lo que no tiene por qué ser motivo de preocupación si no se ha extraviado la tarjeta. Sin embargo, para total seguridad y tranquilidad, más si se ha perdido la tarjeta, sí que se recomienda suspenderla (puede ser temporalmente) y cancelarla.
Así, el número seguirá siendo el mismo, pero no la fecha de caducidad y el CVV. Según el banco, sus políticas internas, la cancelación y posterior duplicación de una tarjeta puede ser gratuita o llevar una comisión. Aunque si se trata de un robo, suele ser gratuito, siempre que incluya la denuncia.
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