¿Te has preguntado alguna vez cuánto gana realmente una Food truck en España?, ¿y su inversión inicial?. Cristina y Joan, dueños de una food truck que vende fresas con chocolate en festivales y conciertos, desgranan la realidad de este negocio de moda en una entrevista con el influencer Adrián G. Martin publicada en su canal de Youtube. Ya para empezar, no es tan fácil como parece montar un negocio de venta de comida portátil, ya que necesita una gran inversión inicial: “antes de servir tu primer plato necesitas entre 20.000 y hasta 80.000 euros para adaptar la furgoneta, equiparla y conseguir los permisos”. Eso sí, una vez el negocio ‘empieza a rodar’ (nunca mejor dicho), se puede facturar mucho dinero: “en un buen festival, un solo food truck, puede facturar hasta 8.000 euros en un fin de semana”. Pero no todo es beneficio real, a continuación explican cómo funciona uno de los negocios de moda en España.
De community manager a emprender con una fresa gigante
Detrás del remolque hay una decisión vital y una marca reconocible que no viene de la nada. Cristina cuenta cómo decidió montar la food truck sin tapujos: “yo era community manager, fui mamá, me quedé embarazada y estaba trabajando para otras personas. Hice un click y dije ‘No, creo que es la hora de trabajar para mí y poder emprender.’”. La tesis del producto también es clara: “siempre falta postre… el postre es algo que siempre falla”. Y la apuesta, minimalista y estética: “No sé por qué pero me dio por la fresa… y ya fresas con chocolate fue algo de gesto ‘no tiene que gustar’”.
Esa identidad se materializa en un icono sobre ruedas: “queríamos destacar… decidimos pues hacer fresa enorme con el chocolate derretido El proyecto duró un año”. Todo está pensado para vender con la vista: “la idea era eso que todo fuera muy visual Entonces decidimos bajarlo completamente para que todo el vaso de fresas y todo estuviese mucho más visual”. Y también para operar rápido: “tenemos la pantalla con los productos que tenemos y tanto pueden pagar en efectivo como con tarjeta… para no ir tocando dinero… es una manera de agilizar los pedidos”.
Una inversión inicial de entre 20.000 y 80.000 euros
La teoría de “barato y listo” desaparece al primer Excel. Lo dicen con crudeza: “A lo mejor 5.000 euros en papeles se van y dices claro yo pensaba que con 10,000 € tenía una food truck y resulta que llevo 5.000 en papeles”. A partir de ahí, el rango de precios para empezar es: “Digamos que la base para tener una food truck que puede vender son 20.000 euros, 15.000 y de ahí nos podemos ir hasta no sé 80.000 euros”. En su caso, “por ahí o sea que realmente luego pues empiezas a sumar… las máquinas… creo que están en 10 o 12.000”.
El acceso a los mejores recintos tiene precio: “Te pueden pedir algunos sitios nada y otros sitios de 200 hasta 500, 800 en festivales… por día. Por día, sí…, por dos días hemos pagado 1.000 y pico”. Y, además, : “algunos festivales te piden un tanto por ciento de tu venta… ‘¿Y qué porcentaje suele ser un 30%”. ¿Burocracia? “es un mundo bastante difícil… te piden muchos papeles… que estés de alta como autónomo… extintores permisos… ‘trabajas quizás dos días a la semana… pero entre semana… es un trabajo más de oficina’”.
En un fin de semana se pueden facturar 8.000 euros
Los precios son sencillos y el margen, volátil: “a 8 € el vaso… la rentabilidad del vaso está en el 50%, pero como la fresa valga 10 € el kilo… el chocolate es muy caro. Vale más el chocolate que la fresa dentro del vaso”. Las cuentas del día mandan: “100 unidades de venta… Eso eso es para empatar… si vendes 100 ya gana… con una food truck vender más de 500 euros al día sería beneficio”. La media por jornada, dicen, “1.000 euros al día es una media que es coherente”; el techo, ya lo dijeron al inicio, “8.000 euros en dos días”.
¿Se vive de esto? Ellos lo resumen en una frase que muchos emprendedores quieren oír: “dos sueldos buenos de 2.000 o 3.000 euros por persona lo sacas… 4.000, 5.000 euros netos ya digamos de beneficio para una pareja”. El horizonte de retorno también está calculado: “En cuánto tiempo consideras que recupere la inversión… ‘En dos años tiene que En dos añitos sí tiene que estar pagado seguro’”. Y a 12 meses vista, “yo creo que puede llegar fácil 100.000 € de facturación al año” si se encadenan eventos y privados.
El trabajo invisible (y la vida) detrás del mostrador
Más allá del glamour ferial, la letra pequeña es dura. “es una locura entre proveedores solicitar documentación solicitar eventos y tal no paramos ni un segundo”. Las horas no son solo de apertura: “no solo los las horas de evento es el trabajo previo que hay limpiar fresa cortar fresa traerlo todo preparado… limpieza profunda constantemente”. La conciliación, al límite: “mucho… mi hijo tiene un añito… A lo mejor hay dos días seguidos que no lo veo… si realmente no fuera por ellos… no hubiera hecho esto”.
El aprendizaje también ha sido a base de errores controlados: “cuando llegas nuevo… es complicado entrar… hay una incertidumbre también… Nosotros por ejemplo este año al ser el primero hemos ido a casi todos… ya vemos que en verbenas evidentemente no encaja”. Y aún así, mantienen la fe en lo simple: “lo sencillo está gustando… no deberíamos cambiar nada… ‘el chocolate que no falte’”.

