Netflix ha dado un golpe definitivo sobre la mesa y ha sellado la compra de Warner Bros. Discovery, incluidos los estudios cinematográficos y televisivos y la plataforma HBO Max, por un valor empresarial que asciende a 82.700 millones de dólares. La operación, adelantada este viernes, supone la absorción de uno de los estudios más emblemáticos de Hollywood por parte del mayor servicio global de streaming, con más de 300 millones de suscriptores, y consolida un conglomerado sin precedentes en la industria del entretenimiento.
Según los documentos difundidos, los accionistas de Warner Bros. recibirán 27,75 dólares por acción en una combinación de efectivo y títulos de Netflix, como el recién estrenado Stranger Things 5. El valor total del capital social asciende a 72.000 millones de dólares, mientras que la cifra global de la operación, al incluir deuda, ronda los mencionados 82.700 millones.
La compra supone incorporar a Netflix franquicias tan decisivas como Harry Potter, Juego de tronos, Superman, Friends, El Señor de los Anillos, Matrix, Looney Tunes o los catálogos de DC Studios, así como los legendarios estudios de Burbank en California. “Nuestra misión siempre ha sido entretener al mundo”, afirmó el codirector ejecutivo Ted Sarandos al anunciar el acuerdo: “Al combinar la increíble colección de series y películas de Warner Bros, desde clásicos como Casablanca y Ciudadano Kane hasta la saga de Harry Potter, con referentes culturales actuales como Stranger Things, KPop Demon Hunters y The Squid Game”.
Esta información llega poco después de que su codirector anunciara los planes de la ahora ‘megacompañía’ con nuestro país. Ted Sarandos anunció este verano que Netflix invertirá nada más y nada menos que 1.000 millones de euros en España hasta 2028.
Una guerra de pujas y un giro en la estrategia de Netflix
La adquisición culmina una guerra de ofertas que se prolongó durante meses. Paramount–Skydance llegó a presentar una propuesta para quedarse con la totalidad de Warner Bros. Discovery, mientras que Comcast trató de hacerse con los activos de streaming y estudios. Ambas fueron finalmente descartadas. Según Xataka, Paramount denunció incluso un proceso "amañado" con un “resultado predeterminado” favorable a Netflix.
La operación marca, además, un cambio de rumbo para Netflix, que durante dos décadas había defendido el crecimiento orgánico y rehuyó las megafusiones. "Se acabó el crecimiento orgánico", resume el análisis de la prensa tecnológica, que destaca que el acuerdo incluye una penalización de 5.000 millones de dólares si los reguladores lo bloquean.
Antes del cierre efectivo, previsto para el tercer trimestre de 2026, Warner Bros. deberá completar la escisión de sus canales lineales tradicionales (CNN, TBS, TNT, Discovery Channel) en una nueva compañía independiente llamada Discovery Global, que queda fuera del perímetro adquirido por Netflix.
Un gigante difícil de medir
La integración de Warner Bros. y HBO Max convierte a Netflix en un centro de producción con un alcance sin precedentes. Solo la biblioteca de Warner incluye 12.500 largometrajes y 2.400 series, además de universos como DC, clásicos del siglo XX y títulos icónicos de la cultura popular estadounidense.
La propia Warner celebró el acuerdo. David Zaslav, consejero delegado, afirmó: “El anuncio de hoy une a dos de las compañías de narrativa más importantes del mundo para llevar a aún más personas el entretenimiento que más disfrutan”.
En su comunicación pública, Netflix lo expresó de manera contundente: “Hoy, Netflix anunció la adquisición de Warner Bros. Juntos, definiremos el próximo siglo de la narración, creando una oferta de entretenimiento extraordinaria para el público de todo el mundo”.
Hollywood se tambalea ante el excesivo poder de Netflix
No todo han sido celebraciones. En paralelo al cierre del acuerdo, productores de la industria remitieron una carta anónima al Congreso de Estados Unidos alertando de un “posible colapso económico e institucional en Hollywood” si se consumaba la operación, según reveló Variety y recoge Cinemanía.
La inquietud se explica por la capacidad de Netflix, ya de por sí hegemónica, para influir en las condiciones laborales, los acuerdos de distribución y la relación con las salas de cine, así como por el temor a una concentración sin precedentes del poder creativo y financiero.
Una redefinición del mapa audiovisual
A falta de que los reguladores estadounidenses y europeos den su aprobación final, la compra de Warner Bros. y HBO Max por parte de Netflix se perfila como uno de los movimientos más disruptivos en la historia de Hollywood. El resultado es un gigante del entretenimiento que altera el equilibrio entre plataformas, presiona a competidores más pequeños a fusionarse y acelera el tránsito del modelo tradicional de estudios hacia conglomerados tecnológicos globales.
Un nuevo escenario se plantea para una industria que ya sufrió las huelgas de guionistas y actores en 2023, en parte derivadas por la pandemia, y en el que la competencia no para de crecer, pero donde ahora una única empresa tendrá una propiedad intelectual, infraestructura y poder de negociación nunca visto hasta ahora para hacer frente a toda la competencia que le había ido saliendo en los últimos años.

