Un electricista acostumbrado a trabajar en los hogares y con instalaciones eléctricas caseras, de los que ya no quedan, ha descubierto un fraude eléctrico en toda regla y lo ha mostrado en un video de TikTok que rápidamente se ha hecho viral. Carlos, conocido en TikTok como @pcaelectricidad, ha mostrado lo que se conoce como un enganche ilegal a la red eléctrica en uno de los videos de su canal, una práctica que consiste en conectar la instalación de una vivienda directamente antes del contador para no pagar el consumo registrado o pagar solo una parte.
El vídeo, grabado durante una jornada de trabajo, comienza con una pregunta para crear curiosidad en los seguidores: “¿Queréis ver un enganche ilegal que he visto esta mañana?”. Con tono cercano y didáctico, Carlos cuenta cómo, tras detectar algo extraño en el cuadro eléctrico, descubrió una doble derivación sospechosa. “Lo veo así y digo ‘qué raro’. Y cuando he visto el contacto ya he sospechado. Los hilos son de toma de tierra, pero bueno… mira la curiosidad: fíjate si vienen hilos por la derivación individual. ¿Qué hay aquí? Una doble derivación. ¡Si es que no fallo!”, explica mientras muestra el cableado en cámara.
Así se realiza un enganche ilegal
El técnico, con años de experiencia en el sector, se da cuenta muy rápido de que existe un fraude eléctrico: “¡Mira por dónde se ven asomar ya! Mira, mira, mira,… , ¡mira dónde está! Doble derivación. Mirar como está el tema”, exclama Carlos, mientars enseña cómo está montado el enganche ilegal a cámara.
Pero no se queda ahí y pasa a explicar con peros y señales cómo se comete este tipo de fraude. “El cable que baja del embarrado, antes de pasar por el contador, quitan la tapa, pasan un cable directo a casa y se enganchan ahí. Detrás del contador estaba. Claro”, detalla, revelando un método tan sencillo como peligroso.
Según cuenta este electricista, el fraude se realiza antes del contador eléctrico, lo que impide que el consumo quede registrado y, por tanto, que la compañía pueda facturarlo. Este tipo de prácticas, aunque parecen “inocentes” para algunos, constituyen un delito de defraudación de fluido eléctrico, recogido en el artículo 255 del Código Penal español. Las sanciones pueden oscilar desde multas económicas elevadas hasta penas de prisión, dependiendo del daño causado y del valor de la energía defraudada.
Además de las consecuencias legales, los riesgos eléctricos son altísimos. Al manipular el sistema sin las protecciones adecuadas, pueden producirse incendios, descargas y daños irreversibles tanto en la instalación como en el suministro general de la comunidad. Por lo que se recomienda mejor ver el coste de la electricidad cada día y cuáles son las horas más baratas y más caras de la luz cada día si de verdad se quiere ahorrar en consumo eléctrico sin ponernos en riesgo.
De la educación técnica al contenido viral
El vídeo acumula miles de reproducciones en pocas horas y se enmarca dentro de una serie de publicaciones en las que el profesional combina divulgación técnica con denuncia social. Días antes, ya había publicado otro vídeo sobre las multas por manipular el contador o alterar el suministro eléctrico, anticipando el caso que ahora muestra en la práctica.
Su tono, entre pedagógico y humorístico, busca acercar al público general a temas complejos del ámbito eléctrico: “Sí, sí, a ti que estás viendo el vídeo, dale a seguir, que suelo subir vídeos muy buenos”, dice mientras enseña la instalación. Esa mezcla de cercanía y conocimiento técnico ha convertido a Carlos en una de las voces más seguidas del sector, con vídeos que revelan el lado menos visible de su profesión: desde averías imposibles hasta fraudes como este.
La otra cara del fraude eléctrico en España
Los datos de las distribuidoras eléctricas en España muestran que los fraudes en el suministro continúan siendo un problema recurrente, especialmente en zonas residenciales y locales con consumos elevados. Según fuentes del sector, los enganches ilegales suponen pérdidas millonarias cada año y afectan tanto a las empresas como al conjunto de los consumidores, que terminan asumiendo parte del coste en la factura final.
Más allá del delito, estos casos reflejan también la situación económica de muchas familias que recurren a estas prácticas por desesperación o desconocimiento. Sin embargo, los expertos insisten en que las alternativas legales existen: desde los bonos sociales eléctricos hasta la negociación de planes de pago o reducciones tarifarias para hogares vulnerables.
La denuncia de Carlos pone rostro a una realidad que, aunque muchos prefieren ignorar, sigue siendo un reto para el sistema eléctrico español: el equilibrio entre la seguridad, la justicia y la necesidad.
