El panorama hipotecario español continúa marcado por un dato preocupante y que constituirá una de las futuras tareas marcadas en rojo para el futuro Gobierno: el 40% de las solicitudes de ayuda presentadas por personas que enfrentan dificultades para pagar sus hipotecas son rechazadas por los bancos, según el reciente Informe de Estabilidad Financiera de Otoño publicado por el Banco de España.
Este documento revela que, debido al continuo aumento de las tasas de interés, las entidades financieras han recibido un total de 42.000 solicitudes de clientes buscando acogerse al Código de Buenas Prácticas, diseñado para asistir a aquellos que enfrentan problemas para cumplir con sus pagos hipotecarios. Sin embargo, de estas solicitudes, aproximadamente 16.800 han sido rechazadas, mientras que solo 4.200 (10%) han sido aprobadas. Además, 21.000 solicitudes (50%) aún están pendientes de revisión.
Ángel Estrada, director general de estabilidad financiera, regulación y resolución del Banco de España, ha detallado que las denegaciones se basaron en la falta de cumplimiento de ciertos requisitos por parte de los solicitantes. No obstante, destacó un dato alentador: alrededor de 1.000 de las solicitudes inicialmente rechazadas fueron apeladas, y en el 90% de los casos, los clientes obtuvieron una resolución favorable.
La inflación y el BCE, de nuevo los culpables
La situación se agrava debido al aumento de las tasas de interés iniciado por el Banco Central Europeo (BCE) en julio de 2022, que ha encarecido los préstamos hipotecarios variables. A pesar de este aumento, Estrada señaló que solo el 30% de las hipotecas actuales están pendientes de una revisión en los tipos de interés, lo que significa que la mayoría de los préstamos ya se han ajustado a las nuevas tasas y no experimentarán incrementos significativos adicionales.
El informe también revela que se ha producido una disminución en las reestructuraciones y refinanciaciones de hipotecas, aunque ha habido un aumento notable en los cambios de hipotecas variables a fijas dentro del marco del Código de Buenas Prácticas. En un intento por abordar la crisis hipotecaria, el Gobierno español y las entidades bancarias acordaron revisar y ampliar dicho código a finales del año pasado.
Este acuerdo tenía como objetivo ayudar a un mayor número de personas, incluyendo a las clases medias en riesgo de vulnerabilidad, a reestructurar sus hipotecas y reducir las tasas de interés durante un período de carencia. A pesar de las expectativas iniciales de que hasta un millón de hogares podrían beneficiarse de estas medidas, el número de solicitudes ha estado muy por debajo de esa cifra debido a la estabilidad en el empleo y los ingresos de las familias españolas.
Además, el informe del Banco de España ha destacado que, si bien las entidades financieras han mejorado su solvencia y rentabilidad debido a las tasas de interés más altas, se requiere prudencia. El banco central ha instado a las entidades a destinar parte de sus beneficios para aumentar sus reservas de capital, en vista de los riesgos macroeconómicos, como las tensiones geopolíticas y la inflación, que podrían afectar la estabilidad financiera del país.
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