El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza sus proyecciones para la economía española en 2024, situando el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en un 2,9%. Tal como lo ha hecho en su momento también el Gobierno de Pedro Sánchez y el Banco de España al 2,7% y el 2,8% respectivamente. Este ajuste refleja la consolidación de la recuperación económica de España, impulsada por el consumo de las familias, la reducción del paro y las reformas laborales implementadas en los últimos años. Para 2025, se espera que el crecimiento se desacelere ligeramente al 2,1%, aunque seguirá superando la media de la Eurozona.
El FMI también ha mejorado sus perspectivas sobre la inflación, que prevé que se estabilice en torno al 1,9% tanto en 2024 como en 2025. No obstante, la institución advierte de posibles riesgos en el horizonte, como la incertidumbre económica global y la presión sobre el mercado inmobiliario, que podrían afectar al crecimiento a largo plazo. Estos datos sitúan a España en una posición destacada dentro de las principales economías europeas, contrastando con la previsión de estancamiento en países como Alemania.
El consumo y el empleo como motores de crecimiento
La revisión al alza del crecimiento económico de España se debe en gran parte al dinamismo del consumo interno, sostenido por la estabilidad de los precios y la mejora en las condiciones laborales. Según el FMI, la reducción de la precariedad laboral y las sucesivas subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) han fortalecido el poder adquisitivo de los trabajadores, lo que ha impulsado el consumo de los hogares. Este factor, junto con la creación de empleo, ha sido clave para que la economía española se mantenga en una senda de crecimiento sólida.
A pesar de este avance, el desempleo sigue siendo un desafío estructural para el país. El FMI estima que la tasa de paro en España se reducirá al 11,2% en 2025, aunque seguirá siendo la más alta entre las grandes economías de la Eurozona. Este contexto refleja una dicotomía: mientras que la creación de empleo es robusta, sigue habiendo una importante bolsa de paro, especialmente entre los jóvenes y colectivos vulnerables.
Inflación controlada y desafíos futuros
La inflación en España, uno de los indicadores más vigilados en el contexto actual, parece estar bajo control según las proyecciones del FMI. Se prevé que cierre el año 2024 en un 1,9%, una cifra que se mantendría durante 2025, gracias a la moderación en los precios de la energía y una política monetaria prudente por parte del Banco Central Europeo. Esta estabilidad inflacionaria, junto con la recuperación del poder adquisitivo, permite que el consumo interno siga siendo un pilar del crecimiento económico en los próximos años.
Sin embargo, a largo plazo, el FMI advierte de ciertos riesgos que podrían afectar el crecimiento de España. Entre ellos, destaca la debilidad de la economía alemana, que es un socio comercial clave para España, así como las presiones en el mercado inmobiliario. El acceso a la vivienda se ha convertido en un problema creciente, con un encarecimiento notable en las grandes ciudades que podría frenar el dinamismo del consumo y, en consecuencia, afectar al crecimiento económico.
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