El Banco de España (BdE), máxima autoridad financiera en nuestro país, ha lanzado un mensaje dirigido a todas las personas que quieren pedir un préstamo al banco. El aviso tiene que ver con el procedimiento que obligatoriamente deben seguir estos y que puede condicionar que nos presten o no el dinero solicitado.
Cuando se solicita un crédito, la entidad financiera está obligada a comprobar la solvencia de la persona que ha pedido el capital. Esto es, la capacidad que tiene para devolver el dinero. Por ello, se estudia el nivel de endeudamiento, que son los riesgos que asume el titular del préstamo, para ver si pueden permitirse endeudarse más o no. ¿Cómo comprueban estos riesgos las entidades financieras?
Los bancos consultan tanto la información contenida en la Central de Información de Riesgos (CIR) como la que aparece en los llamados “ficheros de morosos”. Estos últimos, como explica el Banco de España, son “ficheros privados de solvencia patrimonial y crédito”. Es decir, son bases de datos que crean las empresas privadas para elaborar información crediticia a terceros. Estas recogen deudas impagadas de cualquier tipo, desde las cuotas de una hipoteca hasta facturas como el recibo de la luz. Pero es importante no confundirlo con la CIR.
El Banco de España aclara la diferencia entre la CIR y los ficheros de morosos
Mientras que los “ficheros de morosos” son elaborados por empresas privadas (para recoger todas las deudas de un titular), la CIR es un servicio público que gestiona el propio Banco de España. En este caso, aparecen todos los préstamos y operaciones de riesgo que asumen las entidades financieras con sus clientes, independientemente de que estén al corriente de pago o tengan deudas.
Es importante porque los bancos están obligados a declarar al BdE los riesgos que han contraído con sus clientes en términos de crédito. ¿Por qué necesitan saberlo? Para evaluar los niveles de riesgos que asumen las entidades, pues una de las funciones de la organización estatal es la supervisión bancaria. Igualmente, los bancos pueden acceder a esta información antes de conceder un préstamo.
Aquí es importante conocer una diferencia: cuando las entidades nos deniegan un crédito, o no nos conceden financiación, alegando que aparecemos en un registro de morosos, no se refieren a la CIR, sino a los “ficheros de morosos” mencionados anteriormente. Los más famosos son el Registro de Aceptaciones Impagadas (RAI) o el Asnef, que elabora la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito.
Tener varias tarjetas de crédito activas, préstamos por pagar o contar con otro tipo de deudas, eleva el nivel de riesgo, por lo que los bancos podrían echarse para atrás a la hora de conceder el dinero. Según el portal ‘Kelisto’, lo recomendable es que el conjunto de deudas (incluido el nuevo préstamo que se va a pedir) no superen el 30-35% de los ingresos mensuales. Otros factores que evalúan las entidades financieras (además del historial crediticio) son los ingresos fijos (que normalmente corresponde al salario), la capacidad de ahorro y la estabilidad laboral (si se cuenta, por ejemplo, con un contrato indefinido y la antigüedad en la empresa).
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