¿Alguna vez te habías parado a pensar en la historia que ha vivido tu casa? Muchos, a la hora de comprar una vivienda de segunda mano, no saben todo lo que ha pasado en el bloque de pisos años atrás. Desde un incendio, hasta reconstrucciones, inundaciones… Algo tan esencial como la orientación de la vivienda o si la propiedad tiene cargos, a la hora de comprar.
“Mi casa tiene una historia, y la tuya también”. Con esta sencilla declaración empieza el arquitecto Edu Saz su vídeo de YouTube, donde explica la importancia que puede llegar a tener el histórico de una vivienda de zona residencial. Otro vídeo más del especialista, que siempre deja buenos consejos en su canal para aquellos que buscan comprar su primera vivienda, como el de no comprar un piso al que se entra por una esquina.
La realidad es que, aunque no lo sepamos, nuestra vivienda está influenciada también por el momento histórico en el que se construyó. No solo por lo que ocurrió después. Tal y como explica Saz en su canal, es un aspecto que puede ser determinante a la hora de comprar una nueva propiedad: materiales, distribución o servicios dependen, mayoritariamente, del año en el que se levantara el piso o la casa.
“El urbanismo y el estilo de vida de cada época han moldeado los pisos que hoy habitamos”
Con un recorrido histórico por los últimos 70 años de historia urbanística en España, el arquitecto muestra cómo serían las características de partida de nuestro hogar: “Gracias a esto, entenderemos cómo el contexto histórico, el urbanismo y el estilo de vida de cada época han moldeado los pisos que hoy compramos, habitamos y reformamos”.
Edu Saz ha podido vivirlo por sí mismo: “Con frecuencia, asesoro a clientes que compran vivienda de segunda mano (la obra nueva, como sabemos, es escasa), y la mayoría de estas propiedades datan de los años 50, 60, 70 en adelante. Es importante comprender cómo son estas viviendas y por qué fueron diseñadas así. La respuesta, como tantas veces, nos la da la historia”, argumenta.
Éxodo de los pueblos a las ciudades
Para el experto en urbanismo, la época post-franquista fue clave en el desarrollo de los nuevos barrios y urbanizaciones en España: “Esta etapa está profundamente influida por el desarrollismo franquista. Tras el Plan de Estabilización de 1959, España inicia su industrialización y vive un éxodo masivo del campo a las ciudades”.

Ciudades como Madrid empiezan a crecer de forma disparada y empiezan a construir sin parar, con el objetivo de alojar a gente que antes vivía en chabolas o en el campo. “Los edificios, en su mayoría de 4 o 5 plantas sin ascensor, se disponen en hileras paralelas con espacios verdes entre ellos. Una versión modesta del racionalismo europeo. El objetivo era construir rápido, barato y en grandes cantidades”, detalla Edu.
En cuestiones urbanísticas, como explica Saz, estos barrios resultan muy interesantes: bloques aislados adaptados a la topografía, tráfico rodado relegado al perímetro, y una estructura casi de 'supermanzana'.
Las viviendas de los años 50 y 60 estaban pensadas para alojar a grandes familias y se entregaban sin acabados
Por tanto, las viviendas eran humildes y funcionales de entre 55 y 65 m², tres dormitorios, cocina independiente y un único baño. Aunque, no contaban con ascensor, garaje, calefacción y tenían suelos de terrazo y carpintería metálica básica. “Estaban pensadas para familias numerosas de la época, muchas se entregaban incluso sin acabados, esperando que los propios inquilinos completaran la obra”, sigue explicando.
Pero, a pesar de sus limitaciones, estas viviendas ofrecieron una solución digna y funcional para miles de familias trabajadoras. “Hoy, requieren reformas importantes -sobre todo en eficiencia energética y redistribución-, porque el modelo de familia y de vida ha cambiado radicalmente”, afirma.

