Stan, de 9 años, se fue de vacaciones con sus padres y dos semanas después ya no podía andar: "Ese día, nuestro mundo se derrumbó"

El niño de Bélgica que lucha por recuperar su independencia desde hace 4 años.

Stan, un niño de 9 años |Facebook
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Un niño belga se fue de vacaciones con sus padres cuando tenía solo 5 años y en solo dos semanas dejó de caminar. Stan, que ahora tiene 9 años, fue con toda la ilusión de pasar unas vacaciones con su familia pero una fatídica caída en una retroexcavadora que conducía el compañero de su abuela le cambió toda su vida.

Todo empezó “un hermoso día de verano de 2021”, como recuerda Wouter, el padre de Stan. Ellos son de la región de Turnhout, en el Nieuwsblad. “A mi hijo le encantaban las máquinas, igual que a mí. Ese día, se subió a una pequeña retroexcavadora. Al abrir la puerta para dejar entrar a su hermana, Stan agarró el tirador… La puerta se abrió y él se cayó”.

La caída, que nadie se esperaba, hizo que lo llevaran al hospital con una lesión hepática aparentemente benigna. Pero dos días después, el niño empezó a perder sensibilidad en las piernas. El diagnóstico final fue que tenía una lesión de médula espinal, lo que no le permitiría volver a caminar de por vida.

Stan en silla de ruedas con sus hermanos | Facebook

“Ese día, nuestro mundo se derrumbó”

“Ese día, nuestro mundo se derrumbó”, confiesa Wouter. “Trajimos niños al mundo para darles la mejor vida posible... No es lo que habíamos imaginado”, explica el padre totalmente hundido por la situación de su hijo Stan.

Desde entonces, la vida diaria de la familia Aerts se ha organizado en torno a su discapacidad. Stan pasó casi un año en el centro de rehabilitación infantil de Pulderbos. Actualmente cuenta con un robot de rehabilitación que le permite andar de forma autónoma: “Verlo de pie es sobrecogedor”, dice Lotte, la fisioterapeuta que lo atiende. “Está feliz aquí, progresa cada semana”.

Stan, el niño de 9 años que ya no puede caminar | Facebook

Aún con estos avances que va consiguiendo gracias a los especialistas y al empeño de su familia, para un niño no es suficiente: "Pero para un niño, no poder correr, jugar al fútbol ni trepar es una verdadera lucha. Contamos con buen apoyo, pero la espontaneidad, como irse de fin de semana o ir a un restaurante, se acabó", añade el padre contando como es la cruda realidad.

Pero todavía guardan algo de esperanza: "Un médico nos dijo: 'Creo que las células madre cambiarán las cosas. En 20 o 25 años, su hijo volverá a caminar'. Tan solo poder ir solo al sofá o subirse a un coche... sería maravilloso".

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