El pequeño pueblo con un balneario romano de hace 2.000 años: ideal para escaparse en noviembre

Noviembre es uno de los meses preferidos para viajar no sólo por los jubilados sino por las familias que buscan una escapada y, por qué no, mejorar sus dolencias.

El pequeño pueblo con un balneario romano de hace 2.000 años: ideal para escaparse en noviembre Canva
Berta F. Quintanilla

El mes de noviembre es uno de los favoritos para los jubilados, pensionistas o los jóvenes que buscan desconectar y planean un viaje para el fin de semana. Una escapada que, en esta ocasión, la propuesta es a un pequeño pueblo con una gran tradición histórica de la época romana, con un magnífico entorno natural y unas termas de aguas medicinales con un balneario en una zona que ya conocían y usaban los romanos.

El pueblo de Baños de Montemayor, situado en la provincia de Cáceres, enamora nada más llegar. Está enclavado al lado de una montaña y apenas tiene 700 habitantes. Pero destaca por la buena calidad de sus aguas termales, calientes y con grandes propiedades para mejorar las dolencias articulares y dermatológicas. 

Está a medio camino entre Cáceres y Salamanca y es uno de los municipios más bonitos de España. En el año 2023, de hecho, lo incluyeron dentro de los Mejores Pueblos Turísticos (datos de la Organización Mundial del Turismo, OMT).

Este listado, en el que aparecen otros pequeños pueblos españoles, sirve de trampolín para que la imagen de este municipio pueda mejorar y mostrar todo su encanto a los potenciales visitantes. 

Las termas de aguas medicinales que usaban los romanos

Hace más de 2.000 años, los soldados y civiles romanos usaban el balneario de Baños de Montemayor para relajarse e incluso, para curarse y mejorar las dolencias en la piel y los huesos. En aquellos años, era habitual estar continuamente en combate, y los militares necesitaban un momento para descansar y reponer fuerzas.

Por eso acudían a estas aguas termales, ya que eran grandes estudiosos de las propiedades beneficiosas de los minerales que brotaban del interior de este manantial. Ellos fueron quienes construyeron estos baños, que aunque se han modernizado con el paso de los años, conservan buena parte de la estructura inicial. 

Ahora, los turistas que acudan en busca de ese turismo de balnearios (el Imserso tiene su propio Programa de Termalismo) encontrarán aguas ricas en minerales, especialmente en azufre y bicarbonato y por eso son perfectamente válidas para aliviar las dolencias respiratorias, cutáneas y articulares. 

Así es el balneario de Baños de Montemayor: una gran opción para jubilados

Una piscina del Balneario de Montemayor. | Turismo de Extremadura

Como indica en la web el mismo Balneario Baños de Montemayor, sus aguas fueron declaradas mineromedicinales y cuentan con una temperatura de 43 grados. Están especialmente indicadas para los procesos reumatológicos, artrosis, artritis o afecciones respiratorias. Pero, además, son embellecedoras y tonificantes. 

El agua, al igual que hace más de 2.000 años, surge de dos manantiales que están muy cerca el uno del otro: los de Columna y Arqueta. El balneario no es gratis, pero el espacio de las termas romanas sí, ya que se encuentran dentro del Museo (no se podrá bañar en ellas, puesto que sólo es un elemento arqueológico imprescindible).

El complejo del balneario incluye dos piscinas romanas, así como circuitos termolúdicos, áreas para estética y varios jacuzzis. Pero esto no es lo único. El pueblo de Baños de Montemayor, por sus características especiales, es un destino ideal para estos meses previos a la Navidad.

Un pueblo con casas antiguas y una iglesia románica

Vista del pueblo de Baños de Montemayor. | Canva

Las calles de la localidad son empedradas, con adoquinado típico de los años romanos. Un camino que lleva hasta casas antiguas, muchas en piedra y con balcones de madera. El pueblo sigue una arquitectura uniforme que lo hace muy atractivo.

Entre los monumentos más destacados se encuentra la iglesia de Santa María de la Asunción, de origen románico que ha cambiado con el paso del tiempo. En su interior, además de comprobar la enorme devoción de los ciudadanos, se puede encontrar una enorme riqueza artística. 

Dejando de lado este templo, hay otras zonas bonitas para pasear como es la iglesia de Santa Catalina y las casas burguesas. Para caminar, está la llamada Ruta de la Plata, un camino que se ha convertido en esencial para los peregrinos. Y los amantes del senderismo tienen un recorrido obligado en el Valle de Ambroz.   

Para llegar a esta localidad hay que tomar la carretera A-66 de la Ruta de la Plata, siguiendo la N-630 cuando se sale, por ejemplo, desde Cáceres (1 hora y 25 minutos).

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