La sociedad, y especialmente lo que respecta a la vida de la mujer, ha cambiado mucho en los últimos años. Y es que, aunque aún quedan muchas conquistas sociales para alcanzar la igualdad, la mujer hoy por hoy, al menos en España, puede ser una persona independiente y libre. Una posibilidad que no tuvieron nuestras mayores, encontrando testimonios de mujeres que revelan que, durante casi toda su vida, estuvieron sometidas.
Josefa es una de ellas. Y, durante el programa de ‘La tarde, aquí y ahora’, conducido por Juan y Medio y Eva Ruiz, dio buena fe de ello. Como ella misma confirmó, nunca fue feliz junto a su marido. Este, durante el matrimonio, no le permitía hacer vida social o disfrutar del ocio, sin ni siquiera poder ver las tradicionales procesiones de Semana Santa o ir a la feria, por ejemplo.
“He estado toda la vida con mi marido y no he tenido un día bueno”, es una frase que Josefa afirma que es real. “Toda la vida entera, sí”, añade, explicando también que estaba muy limitada al no saber leer ni escribir, muestra de cómo a las mujeres, hace unas décadas, se les privaba de poder estudiar y labrarse una carrera profesional.
“Mi marido no quería nunca ni que me pintara ni que saliera”
En la entrevista, se muestra la ilusión que le hizo a Josefa poder pintarse los labios, eligiendo el color rojo para la ocasión. “Es el color que me gusta a mí”, asegura, solo que antes no podía ponérselo porque su marido decía que era “de fulanas”.
De hecho, no le dejaba arreglarse: “Mi marido no quería nunca ni que me pintara , ni que saliera, nada de nada. Decía que las mujeres que se pintaban el morro de rojo eran… eran fulanas”. Así, este gesto tan sencillo, que ahora parece algo de lo más normal, esconde toda una declaración de intenciones para Josefa que, después de tanto tiempo, ahora a sus 79 años, está tomando las riendas de su vida, decidiendo por sí misma.
El vídeo acumula más de 95.000 ‘likes’ en Instagram y se ha llenado de comentarios de apoyo: “olé por sus labios rojos, representa a muchas mujeres que tuvieron que aguantar carros y carretas”, es uno de ellos.
Asimismo, otras personas han aprovechado para reflejar la crudeza con la que debían lidiar: “Mi madre duró 20 años de humillación dónde no podía decir nada... Un día despertó gracias a Dios, buscó un empleo y dejo todo... Cuando dijo todo, es que agarró a sus 4 hijos y la ropa que teníamos puesta y adiós. Y siempre tengo presente sus palabras… la felicidad no tiene casa ni ollas ni cocina, prefiero acostarme a dormir con un vaso de agua que llenar el vaso de lágrimas y no hacer nada. Mi mamá feliz de la vida a sus 78 años viviendo a su manera”, contaba.