La Guardia Civil y la DGT no paran de renovar las nuevas sanciones de tráfico que tienen que imponer a los conductores para adaptarse al Reglamento General de Circulación y a las novedades de la seguridad vial. Uno de los puntos donde están poniendo más el foco últimamente a la hora de multar es en el uso de elementos que conllevan distracción. Si hace poco veíamos cómo las autoridades te pueden sancionar por el uso de las viseras parasol del coche, ahora vemos como también el uso del teléfono durante la conducción puede suponer una infracción.
Pero no todo el mundo está de acuerdo con sancionar a un conductor por usar el móvil ya que, resulta contradictorio incluso cuando vemos que otros conductores sí que pueden usar las grandes pantallas de sus vehículos solo porque van instaladas en el propio coche y eso sí está permitido. Es una de esas lagunas que presenta el Reglamento de Circulación y que ni la Guardia Civil a veces puede defender, pero sí tiene que aplicar.
Las leyes son difíciles de cambiar
El gran obstáculo es que, una vez aprobada una norma, resulta casi imposible modificar cualquier artículo, aunque se haya detectado un error o una incoherencia. La situación empeora con un Parlamento dividido, lo que obliga al Gobierno a pasar meses de negociaciones para conseguir realizar cualquier cambio, por pequeño que sea.
Un ejemplo claro es la Ley de Movilidad Sostenible, que quedó pendiente desde la pasada legislatura y, salvo sorpresa, tampoco se aprobará en la actual.
La “incongruencia” en el uso de pantallas en el coche
A esto se ha querido referir el guardia civil Carlos Conde, en una reciente entrevista en el canal de TikTok de Román Álvarez (@romanalvarez.perito), quien ve una “incongruencia” en el uso de pantallas en el coche y la normativa que lo regula.
El problema de fondo es que no se entiende que los agentes de Tráfico o la Policía Municipal tengan que multar de inmediato a un conductor por tocar la pantalla del móvil, mientras se permite sin sanción acciones similares, como ajustar la radio, cambiar de emisora o manipular el climatizador.
La situación, además de injusta, resulta absurda. La DGT argumenta que el uso del teléfono está detrás de muchos accidentes, ya que se supone que son uno de los elementos que provocan más distracciones al volante. Sin embargo, en la práctica, los agentes sancionan de forma automática al conductor que toque el móvil (aunque esté en un soporte), pero no se conoce ningún caso en que se haya multado a alguien por manipular las cada vez más grandes y complejas pantallas integradas en los vehículos modernos.
Lo que diga el agente
De hecho, en la mayoría de coches actuales, subir el volumen de la radio, cambiar de emisora o regular la temperatura pasa necesariamente por la pantalla central.
La normativa establece que, en última instancia, es el criterio del agente el que determina si sanciona o no. Es decir, queda a su valoración si un gesto supone una distracción para la conducción, como puede ocurrir al encender un cigarrillo mientras se conduce.