Las tensiones existentes en la negociación de la reducción de la jornada laboral no son ningún secreto. Tanto así, que el Ministerio de Trabajo ha decidido tomar las riendas y convocar una reunión semanal para que haya acuerdo, aunque su pronóstico de tenerlo antes de verano podría haberse desvanecido. Este jueves, los sindicatos han declarado que el “límite” para que la CEOE acepte un acuerdo es septiembre, por lo que podría retrasarse hasta dicho mes y no estar antes de las vacaciones de verano (agosto), como quería el Gobierno y aseguró Yolanda Díaz hace unos días.
Ambos sindicatos, CCOO y UGT, han confirmado que el límite para que la patronal acepte reducir la jornada a 37,5 horas y negociar las condiciones es septiembre, por lo que su aprobación podría dilatarse unas semanas más de lo esperado, si bien no sería un retraso muy prolongado. Las organizaciones sindicales, de hecho, se han mostrado muy tajantes, criticando la postura de la CEOE en estas negociaciones.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, durante el seminario que está celebrando la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), se ha manifestado además sobre las declaraciones realizadas por Antonio Garamendi, presidente de la patronal, en este mismo evento, en el que aseguraba que solicitaría derogar las modificaciones que se hagan en la jornada cuando cambie el Gobierno si se hacen sin el apoyo de las empresas, manifestado que esta actitud “puede tener resultados nefastos”.
“No me parece que ese sea el tono a tenor de la posición que hemos ido manteniendo las organizaciones sindicales y el propio Gobierno”, apostillaba Álvarez, añadiendo que de estas declaraciones “lo que se desprende es una cosa muy clara: que están esperando a ver si les toca la lotería, o sea, a ver si hay un cambio de mayorías parlamentarias que impida que se pueda hacer el cambio legislativo”, avisando de que no van a “contribuir a ese juego”.
El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha respaldado esta postura: “emplazaría a CEOE a que no se dedique a especular tanto con la situación política del país y trate de poner en valor la autonomía colectiva de las partes”. Por otro lado, ha reivindicado que existen “márgenes empresariales de sobra” para aplicar la reducción de jornada, asegurando que “no se va a destruir empleo en España si se reduce el tiempo de trabajo”.
La jornada de 37,5 horas será solo el principio
Volviendo al límite de septiembre, Unai Sordo ha defendido que ahora “es el momento perfecto” para implantar la jornada laboral de 37,5 horas, “con la previsión de en el futuro continuar con una reducción de la jornada laboral a medida que las nuevas tecnologías, la digitalización y otras formas de producir más eficaces hagan prescindible una parte del tiempo de trabajo”.
En esta línea, Pepe Álvarez ha añadido que “hay que ir a un cambio más radical”, instando a avanzar hacia la jornada laboral de 32 horas durante cuatro días a la semana. Sobre esta, ha defendido que “con toda seguridad”, ayudará a crear empleo, “porque ese tiempo será tiempo que podremos dedicar al ocio y necesitaremos más servicios para dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos”.
Sobre el presente acuerdo, se ha confirmado que la jornada laboral en España pasará de las 40 horas actuales a las 38,5 en 2024 y a las 37,5 en 2025, sin pérdida salarial.
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