Lo que era una alegría para afrontar el día a día, y motivarse en el trabajo, se ha convertido en una tragedia para la limpiadora Maica Cabrera, de 61 años. Desde hacía un tiempo, grababa vídeos de humor en su zona de trabajo, un colegio, para animarse a la hora de afrontar su jornada laboral y también la de los demás, ya que había conseguido tener vídeos muy virales, incluso con más de un millón de reproducciones.
Sin embargo, no es algo que haya gustado a su empresa que, de un día para otro, sin ningún preaviso, la ha despedido. Le ha aplicado un despido disciplinario, argumentando que la grabación de dichos vídeos suponen un incumplimiento de sus obligaciones laborales, lo que supone una falta muy grave que justifica, para la empresa, la extinción de su contrato de trabajo por causas disciplinarias.
Sin embargo, Maica, “@mayka.cabrera” en Tiktok, asegura que los vídeos los grababa cuando ya había terminado su jornada en su tiempo libre, cuando no había nadie, y que los subía una vez que se encontraba ya en casa. En ningún momento, asegura, los grababa dejando de lado sus funciones y, además, nunca le habían advertido de que si continuaba grabándose podría ser despedida, nunca le llegó ningún aviso. Tampoco, añade, estaba recogido en ninguna normativa o contrato que estuviera prohibido grabarse en el trabajo.
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Dicen que “da mala imagen”
En el programa de ‘Y ahora Sonsóles’, de Antena 3, Maica explica que para la empresa dicen que “da mala imagen, por usar mal el mocho, usar mal la mopa”... Y apunta a que en el colegio donde trabajaba limpiando no pueden entender la decisión del despido, detallando que la directora les espetó que “cómo me vais a echar a la mejor”.
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Además, la trabajadora se defiende que no solo cumplía con las tareas de su jornada, sino que realizaba otras funciones que no debía, como hacer patios o sacar cubos de basura, que cuentan con una retribución superior. Su caso, como se puede ver en los comentarios de Tiktok, tanto en el vídeo del citado programa como en el de la cuenta personal de Maica, ha despertado todo tipo de opiniones.
Para algunos, está justificado por llevar el uniforme y estar en el lugar de trabajo y, para otros, es una sanción desmesurada de la empresa que no se entiende, viendo solo a una empleada feliz en su trabajo que busca motivarse y también alegrar a los demás. “Son unos jetas, se han buscado una excusa”, consideraba uno de los colaboradores del programa.
Según recogen en ‘El Español’, en una entrevista con la afectada, Maica va a denunciar su despido tras reunirse con UGT, con la intención de que sea declarado improcedente. Si es así, la empresa tendría que readmitirla o abonarle una indemnización de 33 días de salario por año trabajado, con un límite de 24 mensualidades. Aunque lleva 20 años limpiando, en esta empresa llevaba un mes y 22 días.
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