Despiden a una trabajadora de Alsa por parar el autobús tras sufrir un fuerte sangrado vaginal y logra que sea improcedente

La afectada ha recibido una indemnización de 45.000 euros y no ha sido readmitida en ningún otro puesto de la empresa.

Icíar Carballo

Hace un año, Encarna Aznar, empleada de Alsa y la única mujer en la plantilla que conduce autobuses de la línea que une Almería y Valencia, se manifestaba por injusticias en su despido. Fue motivado por dos paradas no previstas en la ruta que hizo la trabajadora; una de ocho minutos por somnolencia, y otra de dieciséis minutos a causa de una hemorragia vaginal que le originó la endometriosis que padece, una enfermedad que asegura conocía la compañía. “Me paré por la seguridad de los pasajeros, pero me abrieron un expediente”, cuenta Encarna a NoticiasTrabajo.

El pasado miércoles, tras llegar a un acuerdo, Alsa reconocía el despido improcedente de la afectada y le indemnizaba con 45.000 euros, a pesar de que ella demandaba la reincorporación a su puesto de trabajo o la reubicación en algún otro de la empresa.

Ahora, a sus 50 años, se encuentra en el paro y está en búsqueda activa de empleo, tras más de 15 años trabajando en el sector del transporte como conductora de autobús. Desde 2021, tenía contrato fijo en Bacoma-Alsa, la empresa de la que ya no forma parte. Pero, según cuenta, empezó a tener problemas cuando reclamó a la empresa las irregularidades que cada mes veía en sus nóminas. “Era acoso. Cuando llegaba a Valencia, la chica de recursos humanos ya me estaba esperando para darme el expediente”. Después de repetirse en numerosas ocasiones, llegó el despido cuando Encarna se encontraba de baja por ansiedad laboral.

Condiciones en las que trabajaba la antigua empleada de Alsa

Encarna trabajaba seis días y descansaba tres, haciendo turnos de noche, salvo uno de ellos que salía a las 8:00 horas de Almería. Debido a los horarios nocturnos, la afectada tenía que dormir fuera de casa, pero, según cuenta “las condiciones en las que dormíamos eran precarias; dormíamos en un ‘piso patera’”. Explica que compartían este espacio con otras dos plantillas más, la de Jaén y la de Málaga que, aunque no coincidieran, “nadie limpiaba entre medias de los turnos, y éramos más de 20 personas”.

Tampoco estaba satisfecha con sus nóminas y era la única de la plantilla que lo reclamaba. Explica que “no era normal que un mes se equivocaran en 100 euros o a veces en 200”, lo que suscitaba malas caras por parte de sus superiores. “Eres la única que reclamas tu sabanilla”, desvela que le decían.

Discriminación por ser mujer

En un sector muy masculinizado, Encarna cree que el hecho de ser mujer no le ha beneficiado en su trabajo y afirma que se ha sentido discriminada por parte de sus compañeros y superiores. Todo ello lo justifica con los repetidos expedientes disciplinarios que recibió, entre ellos por parar debido a la somnolencia en uno de los trayectos nocturnos; pero asegura que “compañeros también paraban y no les sancionaban. La única diferencia es que soy una mujer”, lamenta.

Sus ex compañeros le auguran mal futuro: “me dicen que ahora nadie me va a contratar”

Pese a todo, Encarna quiere seguir trabajando como conductora de autobús, pero en líneas que no sean de largo recorrido debido a su enfermedad. Sin embargo, Alsa, que cuenta con diferentes líneas, no ha ubicado a la afectada en un puesto de rutas urbanas, donde podría tener más facilidades para pararse y asearse. “Querían quitarme de en medio”.

Tras su cese en la empresa, para dar voz a su caso, Encarna decidió exponerlo en diversos medios de comunicación con el objetivo de que no haya más mujeres que se sientan discriminadas en su puesto de trabajo. Sin embargo, esto ha provocado que ex compañeros suyos le adviertan que, tras esto, ninguna empresa la va a contratar. “Si hubiera salido en los medios porque he volcado el autobús por sueño o porque he matado a alguien…”, comenta indignada, “y achacan eso a que me daría de baja en los días en los que tuviera el periodo”, lamenta señalando que “puedo ausentarme perfectamente si el médico me da la baja”. 

Así, Encarna, a pesar de las críticas que ha sufrido y tras reconocer que no se ha hecho toda la justicia que se debía con su caso, espera encontrar un empleo pronto que le devuelva al volante.

Archivado en:

Otras noticias interesantes

Lo más leído