El rechazo social a cualquier ampliación de la edad legal de jubilación es masivo. Una encuesta de Funcas revela que la oposición a retrasar la edad de retiro a los 70 años es generalizada, alcanzando un 96% entre las mujeres de 18 a 30 años y un 83% entre los hombres. Ahora bien, esta percepción choca frontalmente con la tendencia observada y las proyecciones de los principales organismos de análisis, pues los españoles cada vez retrasan más su jubilación de forma voluntaria.
Según el informe que ha publicado la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), los efectos de la reforma de pensiones (que son la Ley 21/2021 y el Real Decreto 2/2023), estima que el 33,5% de los españoles nacidos en la década de 2000 (la conocida como Generación Z) alargará voluntariamente su vida laboral más allá de los 67 años. De hecho, la gran mayoría (un 29,8%) lo haría incluso después de cumplir los 70 años.
Esta proyección a largo plazo, que mira a la década de 2060, es coherente con los cálculos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). En su última opinión sobre sostenibilidad, la AIReF estimó que hasta un 30% de las nuevas altas de jubilación en 2035 serán demoradas.
Una tendencia ya visible
Los datos de la Seguridad Social muestra un cambio de comportamiento, ya que tras años estancadas por debajo del 5%, las jubilaciones demoradas experimentaron un primer salto en 2022 (coincidiendo con la reforma que incentivaba con un 4% cada año que se retrasaba la edad de jubilación), crecieron al 8,1% en 2023, al 9,3% en 2024 y, según el último dato de agosto de 2025, suponen ya el 11,3% de las nuevas altas.
Por otro lado, es visible como las jubilaciones anticipadas han ido descendiendo, las cuales han pasado de ser el 39% de las altas en 2021 a solo el 27,2% en agosto de 2025. La reforma de 2022 penalizó esta modalidad (cambiando los coeficientes reductores de trimestral a mensual en las voluntarias y aplicando un nuevo coeficiente a los bases reguladoras por encima de la cuantía máxima), y Fedea estima que su peso caerá hasta el 23,7% para la Generación Z. Aun así, la AIReF advierte de que el ahorro esperado por esta combinación de factores podría verse neutralizado por el coste de los incentivos económicos que se abonan por retrasar el retiro.
Preocupación, pero desconocimiento
El contexto de esta aparente contradicción es la falta de cultura financiera y el profundo desconocimiento del sistema público de pensiones. La encuesta de Funcas revela que, si bien al 67% de los españoles le preocupa “mucho o bastante” que su pensión no sea suficiente, la mayoría tiene una idea errónea de la realidad del sistema.
Solo uno de cada ocho adultos (uno de cada seis hombres y una de cada 14 mujeres) sabe cómo se financian las pensiones y tiene una idea aproximada de la prestación media. De hecho, dos terceras partes de los encuestados (66%) infravaloran la cuantía de la jubilación media, situándola erróneamente por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), cuando en realidad es superior.
Los expertos también señalan que la percepción sobre el trabajo cambia con la edad. El mismo sondeo de Funcas indica que, aunque los jóvenes rechazan en masa alargar la vida laboral, un 29% de los que ya están jubilados se muestra favorable a reincorporarse a algún tipo de ocupación.