La incapacidad permanente se reconoce cuando la Seguridad Social determina que un trabajador, debido a una enfermedad o accidente, sufre una reducción significativa y definitiva de sus capacidades laborales, impidiéndole continuar con su actividad laboral habitual o cualquier otra para la que esté cualificado. Esta situación el organismo puede conceder uno de los cuatro grados que existen dentro de la pensión por incapacidad permanente, siendo estos: parcial, total, absoluta o gran invalidez.
De estos grados, la incapacidad permanente total (IPT) es aquella que inhabilita al trabajador para continuar con su profesión habitual, pero no le impide desarrollar una profesión o actividad laboral diferente. Debido a esta limitación, la Seguridad Social abona en forma de pensión un porcentaje de la base reguladora con el objetivo de compensar la falta de ingresos económicos.
De forma general, la cuantía de la incapacidad permanente total corresponderá al 55% de la base reguladora. Aunque la cuantía puede variar dependiendo de si esta es por enfermedad común, enfermedad profesional o por accidentes de trabajado, tal y como se explica en este artículo sobre cómo calcular la pensión por incapacidad permanente total, hay que entender que dentro de la incapacidad total existen dos tipos. Uno de estos, hace aumentar la base reguladora de la incapacidad un 20%.
¿Por qué pagan el 75% en la pensión por incapacidad permanente total?
La pensión de incapacidad permanente total aumenta un 20% su base reguladora cuando si a partir de los 55 años se estuviera sin trabajo o activo laboralmente. Este cambio del 55% al 75% de la base reguladora se le conoce como incapacidad permanente total cualificada.
Esto es debido, ya que a partir de esa edad es más difícil encontrar trabajo y por ello, la Seguridad Social compensa con un incremento sobre la base reguladora. En el caso de acceder a la incapacidad permanente cualificada y obtener ese 20%, si el beneficiario encontrará trabajo, deberá comunicarlo a la Seguridad Social para que lo retire de manera temporal, ya que no cumple con los requisitos.
En el caso de volver a quedarse sin empleo y por ende, volver a reunir las condiciones, podrá volver a solicitarlo y el organismo deberá de restaurarlo. En este caso, hay un plazo de tres meses, si se solicita a posteriori, solo podrá reclamar hasta los tres últimos meses.
Aunque la pensión por incapacidad permanente total cualificada es vitalicia, siempre que se cumpla con los requisitos, esta puede ser revisada periódicamente hasta la edad de jubilación. Durante estas revisiones, si el Tribunal Médico detecta una mejoría en la condición del beneficiario, la pensión puede ser anulada (estos son los motivos por lo que se pierde una incapacidad permanente).
Cómo solicitar el incremento del 20% en la pensión por incapacidad permanente total
La solicitud puede llevarse a cabo de manera presencial en cualquier oficina de la Seguridad Social, siempre con cita previa, o a través de la Sede Electrónica de la Seguridad Social. En ambos casos es necesario descargar este formulario en PDF en el que es importante marcar las dos casillas que hacen referencia a que se tiene 55 años y no se está ejerciendo ninguna actividad laboral.
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