No es ningún secreto que miles de pensionistas están teniendo problemas para conseguir una cita con la Seguridad Social. Cualquier trámite relativo a la pensión, puede convertirse en toda una odisea ante las dificultades actuales que existen para recibir atención personalizada de un funcionario. Y eso es lo que vivió en su propia piel Mari Cruz, que paradójicamente ha estado trabajando 25 años en una oficina de la Seguridad Social.
“Ahora estoy al otro lado de la mesa. Estoy por fuera, buscando tener una cita”, contaba al programa de ‘Y Ahora Sonsoles’, donde explicó que le era imposible coger una cita para su pensión. Por ello, como otras muchas personas, se ha visto obligada a acudir a un locutorio, y es que se trata de un negocio que ya se está conociendo como el ‘mercado negro de las citas’.
Te puede interesar
Patricia Wheatley, de 82 años, no puede jubilarse: “Gano 13 euros la hora trabajando en una tienda de barcos. No tengo muchos ahorros, pero todo saldrá bien”
Los trabajadores que sufran un accidente laboral y no tengan derecho a una incapacidad permanente tienen derecho a una indemnización de hasta 9.500 euros según la lesión
“No conseguía tener cita, fui a un locutorio y ahí te ponen un listado de las cosas que necesitas y cada cosa tiene un precio”, explicaba, asegurando que donde ella vive, en Murcia, “los precios son bastante más económicos” que en otras ciudades, como Madrid o Barcelona. En concreto, se está pagando alrededor de 5 euros, cuando en las grandes capitales puede llegar hasta los 20 euros.
“Se pone el señor a teclear y me dice que tiene ese mismo día”
Mari Cruz, en el citado programa, contó sorprendida que, usando los servicios del locutorio, pudo conseguir cita ese mismo día: “Voy a un locutorio y digo que necesito cita para el INSS, se pone el señor a teclear y me dice que tenía una ese día a las 12:30 horas”.
Ahora, como no estaba preparada, ni contaba con toda la documentación, solicitó si podía reservar otra para otro día, pudiendo concertarla para el mismo día siguiente: “me dijo que para el día siguiente podía elegir la hora que quiera”, aseguraba perpleja, señalando que “la consiguen muy rápido”.
Esta exfuncionaria, además, afirmó que no solo conseguían citas con la Seguridad Social, sino también para otros trámites: “hay citas para todo, extranjería, el SEPE, lo que quieras”. Una situación que, habiendo trabajado de atención al público, le tenía desconcertada a la par que frustrada: “A mí me da mucha vergüenza y estoy indignada”, expresaba.
Para ella, este problema se produjo a raíz de la pandemia, asegurando que “antes de la pandemia todo funcionaba de otra manera”. Mari Cruz exponía que, antes de este suceso, en su oficina, como en otras muchas “la gente llegaba, cogía un numerito”, porque “había un funcionario dando números según lo que fuera a hacer cada persona, para que no estuvieran dando tumbos o hicieran una cola que no le correspondía”.
Sobre esta época, afirmaba que “se ayudaba muchísimo a la gente en todo”, pero que a raíz de la crisis por el Covid-19 esto desapareció: “empezaron a poner las pantallas y a cambiar tantísimas cosas…”. Un problema para el que, advierte, los locutorios y estos negocios paralelos no pueden ser la solución, avisando de un detalle muy importante, y es que “dejamos nuestros datos personales”, sin ninguna garantía de cómo pueden ser tratados.