La inflación volvió a subir en abril, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), que situó el Índice de Precios al Consumo (IPC) en el 4,1% en el pasado mes de forma definitiva. A pesar de que resulte un 0,8% más que en marzo, la inflación subyacente ofrece un dato esperanzador para el Gobierno y los ciudadanos: la moderación de los precios: 6,6%, nueve décimas menos. Lenta, pero, al fin y al cabo, moderación. Lo que afecta en el precio de los alimentos.
Estos datos cobran relevancia si se tiene en cuenta que establecen un cambio de tendencia. Tras enlazar prácticamente dos años de subidas incesantes del IPC, el final del verano comenzó a marcar los primeros síntomas de debilidad de la inflación y que ahora parecen empezar a confirmarse, dando lugar a la esperanza. De hecho, la inflación subió 3,6 puntos menos que en marzo, la mayor moderación de su historia en un solo mes, ubicándose en el 12,9%.
Sin embargo, el propio INE aconseja moderar la euforia por el contexto. Esta mejora en las previsiones de incremento habitual de los últimos meses se enmarca en un periodo que conjuga la entrada en la temporada alta de turismo que inauguró la Semana Santa y los primeros síntomas de recuperación de la economía y el leve repunte del consumo. El IPC comparado mes a mes creció un 0,6%. Por su parte, la inflación subyacente, un 1%.
Sube la cesta de la compra
Esta inflación subyacente mide cuánto suben los precios, pero descontando los alimentos frescos y la energía, los componentes más volátiles y que no tienden a reflejar fielmente los cambios, siendo muy sensibles a subidas y bajadas como la luz o la gasolina. Es decir, la inflación subyacente es la que tienen en cuenta gobiernos y organismos para tomar sus decisiones ya que da mejor cuenta del alza de precios.
La cesta de la compra subió un 13% en su escala interanual. Una cifra que continúa siendo elevada en comparación con marzo (16,5%) pero que ha visto moderado su ascenso. Los alimentos no bajan, pero sí que se encarecen lentamente. Sin embargo, en la comparación interanual crece un 0,3%. La carne se ha encarecido un 1,2%, el pescado y el marisco un 1,4% y el azúcar y los dulces un 1,6%. Bajan los precios de las legumbres y hortalizas, que subieron en abril de 2022. El vestido y el calzado también aumentan un 2,2%.
El aceite de girasol es uno de los productos que no ha subido respecto a su precio hace un año. El azúcar, con subidas de casi el 50%, encabeza los incrementos. Aunque en la otra cara de la moneda se encuentran bajadas como la carne de ovino (-5,9%) y las frutas frescas (-3,4%). Los alimentos, por tanto, parecen haber tocado techo o estar acercándose al mismo.
La inflación ha tocado techo
Así lo cree el Banco de España y el Ministerio de Economía, en sus previsiones más optimistas. "El conjunto de medidas adoptadas el pasado mes de diciembre seguirá contribuyendo a amortiguar la evolución de la inflación", declararon desde el departamento dirigido por Nadia Calviño, en referencia a la bonificación del IVA de ciertos alimentos.
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