Llegado el momento de enfilar el ocaso de la vida laboral, muchos se hacen la misma pregunta: ¿cómo maximizar el dinero disponible para disfrutar de una jubilación tranquila económicamente hablando? La opción más recurrente son los planes de pensiones, aportaciones mensuales que se pueden retirar en un momento dado. Sin embargo, puede no ser la más recomendada ni por sus condicionantes ni por el contexto actual.
Tanto por el debilitamiento de la hucha de las pensiones, que ha perdido más de 60.000 millones de euros en menos de diez años, como por los costes fiscales en el momento de rescatar ese dinero invertido a lo largo de los años. Tampoco su rentabilidad media, del 3,6% a 25 años, acaba resultando un gran atractivo. Por ello, ha disminuido la libertad financiera y seguridad económica que aportaban estos planes.
Alternativas a los planes de pensiones
Así, surgen otras vías de inversión y ahorro para complementar, si se dispone, de la pensión de jubilación. Los fondos de inversión, los ‘Exchange Traded Funds’ (ETF) o los ‘unit linked’ son las nuevas alternativas que irrumpen con fuerza.
- Fondos de inversión: según el riesgo que se quiera asumir, se invierte una determinada cantidad de dinero en una cartera de activos. Su gran ventaja es la posibilidad de retirar el dinero cuando se quiera, con muchos menos requerimientos que en el plan de pensiones y pagando muchos menos impuestos. Por ejemplo, no tributa en la declaración anual de la renta.
- ETF: es un tipo de estrategias de gestión indexada considerada híbrida entre los fondos y las acciones. Se trata de una inversión sobre un conjunto de activos que cotizan en la bolsa de valores pero realizado generalmente de manera diversificada, a largo plazo y a bajo costo y, consecuentemente, con comisiones bajas.
- ‘Unit linked’: También conocido como fondos de seguro diversificado, es otro producto financiero encarado al ahorro y considerado una mezcla entre seguro de vida y fondo de ahorro. Básicamente, como lo define BBVA, “es una inversión en una cesta de fondos, acciones o bonos y que se estructura en torno a un seguro de vida” en el que el tomador asume el riesgo del capital invertido en la cartera de productos, además de destinar una parte de esta a pagar la prima del seguro. Ese dinero se podrá rescatar en cualquier momento.
- Inversión inmobiliaria: Es otra de las indicaciones contextuales. Las compras de inmuebles vuelven a repuntar tras la pandemia, por lo que es el momento para invertir en comprar un piso para luego alquilarlo. Es decir, invertir en ladrillo, como se suele decir. El hándicap, que se necesita mucho capital de entrada.
- Invertir en bolsa: Inyectar capital en los mercados de forma directa con una estrategia a largo plazo. Como contraindicación, hay que disponer de una base de conocimiento al respecto.
- Crowdfunding: Otra posibilidad a largo plazo en el que el inversor se convierte en socio de la empresa a cambio de prestarle dinero.
- Crowdlending: También se presta dinero a una empresa, generalmente a pymes, pero de otra manera: suele ser a renta fija, en mercado secundario y con emisiones más reducidas.
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