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Una mujer de 81 años se queda tirada en Puerto Rico porque no le dejan subir al avión con su loro: “deshazte de tu pájaro y dáselo a alguien”

En el viaje de ida, con la misma aerolínea, no le pusieron ningún problema. Ahora no encuentra forma de regresar a casa.


Maria Fraterrigo con su loro Plucky
Maria Fraterrigo con su loro Plucky | ABC7 New York
Esperanza Murcia
Fecha de actualización:

Viajar suele ser motivo de disfrute. Aunque, a veces, puede convertirse en una auténtica pesadilla. Es lo que le ha pasado a Maria Fraterrigo, de 81 años, que se ha quedado tirada en Puerto Rico porque la aerolínea con la que viaja no le deja subir con su loro. Una negativa llamativa porque, en el viaje de ida, no le pusieron ningún problema, tratándose de la misma compañía.

Maria acudió a Puerto Rico para visitar a su familia y, como muchas otras veces, se fue con su loro Plucky, usando para el viaje en avión su correspondiente jaula-transportín. Se trata de un animal de apoyo emocional que ha sido su inseparable durante más de dos décadas, motivo por el que está tan disgustada: “No tengo más lágrimas, mi mente está en blanco, sólo quiero irme a casa. Eso es todo, no pido mucho”, declaró para el medio ‘ABC7 New York’

Especialmente, la unión entre esta anciana y su loro se estrechó aún más en 2019, cuando el marido de esta, Richard, falleció por cáncer. “Me hacía seguir adelante, me hablaba, me hacía reír cuando estaba deprimida”, confiesa Fraterrigo. Además, la pareja solía viajar con Plucky a Puerto Rico, siendo algo que Maria ya hacía con él antes del fallecimiento de este. 

“Deshazte de tu pájaro y dáselo a alguien”

Según describe el mencionado medio, el hijo de Maria, Robert, llamó a distintas aerolíneas para asegurarse de que su madre iba a poder viajar con Plucky. En esta búsqueda, en el chat de ‘Frontier Airlines’ le dijeron que no habría problema, después de explicarle este que el animal pesaba 3 kilos, que iría en su jaula y que se trataba de un animal de servicio, ofreciéndole pruebas de ello. 

En el viaje de ida hacia Puerto Rico, en enero, no hubo ningún problema. Pero, a la vuelta, que fue ya en abril, vieron cómo le denegaban la entrada a la madre por ir con el loro. A pesar de que se trataba de la misma aerolínea y viajaba con un transportín aprobado. 

Su hijo, ante estos hechos, se puso en contacto con Frontier, explicándole esta que se trataba de un error en su vuelo de salida de Nueva York, ya que el pájaro “no fue facturado correctamente”. Por ello, le reembolsaron el billete y le emitieron un vale de 250 dólares, al mismo tiempo que le indicaron su política de no permitir aves grandes, como los loros, en cabina

“Mi madre no hizo nada malo y sólo necesita que la cuiden y la envíen a casa, no quería otra cosa que irse a casa y nadie quiere ayudar”, responde ahora su hijo Robert, desesperado por encontrar una solución. De hecho, ha contactado con aerolíneas más pequeñas, para ver si puede conseguir un vuelo privado hasta Tampa, donde viven. Sin embargo, de momento no han tenido éxito.

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