Los problemas de humedades y moho en las viviendas no solo son antiestéticos, sino que pueden llegar a ser muy perjudiciales para salud. Y justo esto es lo que ha sufrido la inquilina de una vivienda de alquiler en social en Francia, que a sus 27 años ha tenido que recibir dos trasplantes de pulmón por culpa del moho tóxico de su piso alquilado.
En enero de 2020, la inquilina comenzó a sufrir fiebre alta y problemas respiratorios, sin imaginar que la raíz de este problema estaría en su propio dormitorio. Según informan desde el medio francés ‘Figaro Inmobilier’, tras acudir al médico, le diagnosticaron neumonía por hipersensibilidad. “Mi neumólogo sabía que no trabajaba en la construcción ni con aves, profesiones propensas a este tipo de enfermedades. Me aconsejó que revisara mi casa. Inspeccioné la pared detrás del cabecero y estaba contaminada con moho, musgo y goteras”, explicó la afectada.
El especialista le confirmó que se encontraba en una situación muy grave, “cuestión de vida o muerte” por lo que se vio obligada a abandonar el piso en el que llevaba viviendo desde 2013 con su madre.
Su salud estaba tan deteriorada que ha tenido que recibir dos trasplantes de pulmón
Los problemas que el moho causaron a su cuerpo habían deteriorado tanto su salud que fue incluida en la lista de espera para un trasplante de pulmón y, finalmente, el 16 de mayo de 2022, recibió un doble trasplante. Incluso los necesitó también de hígado y riñón debido a la falta de oxígeno mientras esperaba.
Lo que más lamenta la joven, tras haber pasado por todo el proceso, es que nadie le advirtió del peligro que suponía residir en esa vivienda, en incluso explica que “probablemente lo taparon con pintura” porque el moho solo fue visible tras años viviendo en el piso.
Por todo ello, ha presentado una denuncia contra el propietario su vivienda de alquiler social por “poner en peligro la vida de otras personas”. Sus abogados insisten en la gravedad del caso y esperan “utilizar el peritaje para establecer una relación causal entre el moho y su salud y evaluar las consecuencias a nivel personal, profesional y de autonomía”.
El casero, por su parte, justifica que siempre actuaron con rapidez y que el informe pericial presentado por la inquilina es el “único que hemos tenido sobre la presencia de moho. No era toda la casa la que estaba mohosa, sino una zona detrás del cabecero”. También asegura que ofreció alternativas de alojamiento a la familia.
