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Un mecánico (55 años) no le importa si sus hijos van a la universidad: “hay otras opciones, la razón por la que trabajamos es para pagar las facturas”

Este padre de familia cree que a los hijos se le deben mostrar todas las opciones y enseñarles a ser realistas.

Un hombre trabajando de mecánico
Un mecánico (55 años) no le importa si sus hijos van a la universidad: “hay otras opciones, la razón por la que trabajamos es para pagar las facturas” |Envato
Esperanza Murcia
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Hasta hace poco, parecía que solo se podía ser una persona de prestigio si se iba a la universidad. Desde pequeños, se le enseñaba a los hijos que era el camino que tenían que seguir. Sin embargo, en los últimos años las ofertas laborales para titulados de Formación Profesional (FP) no paran de crecer, mientras que aquellas donde se requiere un título universitario están decreciendo. De hecho, hay expertos que ya vienen vaticinando que el personal de ‘oficios’ van a ser los nuevos millonarios, debido a la escasez que existe de estos profesionales.

En este contexto, destaca el testimonio de Clint Crawford, de 55 años, quien tuvo bien claro desde el principio que sus hijos debían de conocer todas las opciones existentes. Natural de Arkansas, pide a los padres preocupados por la escasez de puestos de oficina que abran sus mentes a la posibilidad de hacer carrera en otros ámbitos.

“Es necesario que conozcan otras alternativas, y debemos dar la misma importancia a los programas técnicos”, afirma al medio ‘Fortune’, donde explica que sus hijos, de 22 y 21 años, han decidido ir a la universidad pero por su propia voluntad. Insiste que, en su casa, no era algo que se esperara de ellos de forma predeterminada y que, de hecho, se esforzó por hacerles entender la dignidad y estabilidad que aportan las profesiones de ‘oficios’. 

Enseñar a los hijos a ser realistas: “la razón por la que trabajamos es para pagar las facturas”

Este mecánico se ha esforzado a lo largo de la crianza de sus hijos a enseñarles que los oficios son igual de dignos e importantes que trabajar en una oficina. “Si ocurre algún problema con las tuberías, la primera llamada es al propietario o al fontanero”, explica Clint, poniendo otro ejemplo de que, cuando se estropea un coche, la primera llamada es al taller.

“La primera llamada que la mayoría de la gente va a hacer es a ese trabajador de oficios”, enseñó a sus hijos, haciéndoles ver que estos profesionales son esenciales para el funcionamiento de la economía y de la vida cotidiana. “De esa manera, podían entender que hay opciones”, resalta.

También enseñó a sus hijos a ser realistas, en un momento donde las empresas han reducido sus tasas de contratación de empleados junior y se requieren menos titulados universitarios. “Creo que muchas veces los padres les dicen a sus hijos: ‘Haz lo que te haga feliz’. Eso está muy bien pero la razón por la que trabajamos es para pagar las facturas”. Así, si un trabajador no puede hacerlo, “simplemente parece que no tiene sentido”, apunta.

Por esta razón, reitera la importancia de que en las familias se tengan las conversaciones sobre el futuro laboral desde el principio, mostrando todas las opciones que existen.

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