Última hora huelga de transportistas: el sector alimentario alerta del peligro de desabastecimiento

Las patronales agroalimentarias alertan de “claro riesgo de desabastecimiento” en un “conflicto de Estado”. El colectivo pesquero anuncia la vuelta a la actividad. Hoy, otra reunión CNTC-Gobierno.

Última hora huelga de transportistas: el sector alimentario alerta del peligro de desabastecimiento
Desabastecimiento de supermercados
Javier Martín

¿Cuándo acabará la huelga de transportistas que está poniendo en jaque la cadena de suministro alimentaria? El eslabón del sector transporte enlaza ya su undécimo día de huelga este jueves, 24 de marzo, con la indefinición del parón por los sobrecostes de los carburantes más firme que nunca. Hay pocas certezas y muchas dudas acerca del cuándo y el cómo del desenlace de los acontecimientos que ya resultan los actos de protestas más largos que se recuerdan en el país.

La aprobación de las medidas originadas ante el temor de otra huelga que no llegó a producirse al filo de la Navidad y los 500 millones de ayuda pública al repostaje de los transportistas no ha hecho más que enturbiar las aguas. Los transportistas tildan de “papel mojado” las propuestas de un Gobierno que solo ha autorizado al (Comité Nacional del Transporte por Carretera) a negociar y no a la Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte, la organización convocante. De momento parece focalizar sus esfuerzos en blindar el ‘corredor seguro’ para asegurar un abastecimiento mínimo, lo queda cuenta de la situación.

Así, Fenadismer, Fetransa y Feintra, asociaciones mayoritarias, se han unido a las protestas, algunas que traspasan la frontera de la violencia, con actos graves. El conflicto, por tanto, se agrava. “El Gobierno sigue sin dar soluciones a los problemas de los transportistas autónomos", ha declarado el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Empresarios y Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor. Es un problema de escala nacional.

Muchas industrias y empresas paran su actividad

El estallido del conflicto entre Ucrania y Rusia ha acabado de disparar los históricos precios de la gasolina y el diésel, con consecuencias que ni el propio Gobierno esperaba, pero que ahora teme. Ahora teme a un riesgo al desabastecimiento que antes no contemplaba. Está contra la espada y la pared, con miles de colectivos reclamando medidas urgentes y con la normativa europea y la necesidad de mantener los impuestos como fuente de ingresos en pleno contexto de recuperación.

El anuncio de las asociaciones de pescadores de reanudar su actividad alivia al Ejecutivo, pero insuficiente. Taxis, vehículos grúa, ambulancias, autobuses y otros colectivos dependientes de los carburantes este también se han unido, amenazando con un caos que ya sufren empresas e industrias, supermercados, y en última instancia, el consumidor.

Danone, Mahou, el grupo Calvo, Estrella Galicia, Pulve, Lauki, El Ventero, Présidente, Central Lechera Asturiana Azucarera, Cuétara, Dcoop, JaenCoop, Agrosevilla o fábricas de pienso se han visto en la obligación de parar su actividad hasta el pacto de medidas por las faltas de suministro. Otras como Heineken o Lactalis hablan de “colapso inminente”.

Son solo algunas de las afectadas y que están poniendo en un brete lugares de posterior venta como supermercados con lineales vacíos o falta de productos frescos o restaurantes o bares sin cervezas o aceitunas. El sector de la cerámica, del que vive gran parte de Castellón, también se ha visto comprometido.

“Un problema de estado” y “un claro riesgo de desabastecimiento”

“O intentamos tender puentes o la situación va a ser muy complicada. Ha habido faltas de productos en los supermercados, pero puntuales. Las compras han sido muy superiores, de hasta el 20%”, afirmó el ministro de Agricultura, Luis Planas tras su reunión con el colectivo pesquero. Asimismo, subrayó que “las empresas tienen obligación de decir lo que puede pasar si hay cortes en el suministro”, e instó a una “buena disposición constructiva”.

Las patronales de alimentación ya lo han calificado de “conflicto de estado”. Calificativo que comienza a valorar el Gobierno, en aras de trazar una solución lo más beneficiosa posible para todas las partes. Aecoc y Aces, las de la gran y mediana distribución Anged y Asedas, las Cooperativas Agro-Alimentarias y la federación de industrias de alimentación y bebidas, FIAB, lanzaron una comunicación conjunta para solicitar al Gobierno “una intervención urgente en un conflicto que se ha convertido en un problema de Estado, con un impacto sobre la economía y los ciudadanos que no admite demora”.

En la nota se advirtió del “un claro riesgo de abastecimiento” y pone en riesgo “miles de negocios y más de 100.000 empleos”. De hecho, ya se están valorando comenzar a instaurar los primeros expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por la gravedad de la situación, que fabricantes y distribución aseguran que está afectando más que la pandemia. A la espera de otra reunión hoy en mitad de la negociación, ¿acabará la protesta como el episodio de los chalecos amarillos de Francia en la que los transportistas le ganaron el pulso a Emmanuel Macron?

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