Uno de los mayores temores de los propietarios que ponen sus viviendas en alquiler, es que el inquilino no se marche de la casa al terminar el contrato. Y es justo lo que le ha pasado a un propietario francés que quería sacar un dinero extra durante el verano y puso en alquiler su vivienda con piscina durante quince días para sacar un dinero extra, pero, al regresar, descubrió que el inquilino se había quedado a vivir allí y se negaba a marcharse.
Según la información publicada por el medio francés ‘Figaro Inmobilier’, el propietario había encontrado a su inquilino a través de una plataforma de alquiler vacacional en 2020 y, tras firmar el contrato, se marchó de vacaciones. Sin embargo, a su vuelta se topó con la sorpresa de que el inquilino había cambiado las cerraduras y aseguraba que esa casa era ya su domicilio.
Según la ley francesa, si una persona permanece más de 48 horas en un inmueble, se considera su residencia, lo que complica el desalojo. Ante esta situación, el propietario intentó primero llegar a un acuerdo amistoso, ofreciéndole un contrato de alquiler de tres meses para regularizar la situación, pero el inquilino nunca pagó el alquiler.
El inquilino había reservado la vivienda con un nombre falso
Este fue el principio de una batalla legar del propietario para conseguir recuperar su casa. Un proceso que se alargó debido a que descubrió que el okupa había reservado el inmueble con un nombre falso y se negó a identificarse.
De este modo consiguió alargar el proceso de desahucio, ya que la única vía legal que quedó al propietario fue solicitar a un juez que permitiera a un agente judicial, acompañado de la policía, entrar en la casa para identificar al okupa. El proceso se alargó seis meses hasta que por fin se pudo conocer la verdadera identidad del inquilino y avanzar en los tribunales.
Pero hubo más trabas, según explica el abogado del propietario en el medio, y es que cada vez que había una vista para juicio, el inquiokupa acudía con un abogado diferente y pedía y pedía un aplazamiento, alegando que el letrado no había tenido tiempo para preparar el caso. En total, el juez concedió hasta cuatro aplazamientos, lo que le permitió permanecer dos años en la vivienda.
Durante ese tiempo, el propietario tuvo que mudarse a casa de su hermano mientras buscaba una solución. Su abogado está convencido de que el inquilino era un "okupa profesional" y que este tipo de casos no son aislados.
Expertos consultados por el medio francés advierten de lo difícil que es protegerse ante este tipo de situaciones cuando se alquila una vivienda por plataformas online. La abogada Stéphanie Lapeyre-Castellane señaló que, aunque las plataformas puedan hacer verificaciones de identidad, estas pueden ser insuficientes si el estafador utiliza documentos falsificados.

