A Patricia Saias Ellis, la vida le puso en pausa un sueño que, décadas después, ha logrado tachar de su lista. A sus 79 años, ha recibido su título universitario en Criminología (Criminal Justice) por la Clayton State University en Georgia, EE.UU. Y todo gracias, en parte, a una conversación con su hijo: “O te buscas un trabajo o te apuntas a clase, pero en el sofá no te quedas”, le ordenó a su madre.
Patricia dejó los estudios justo después del instituto. Tenía que trabajar y cuidar de su familia, pero veía cómo su marido y su hijo sí lograban acabar la universidad. “Sentía que algo me faltaba”, reconoce ahora. Pero el empujón definitivo llegó hace ocho años, cuando su hijo la sorprendió en plena maratón de telenovelas y le soltó la frase que le cambió la vida. Su respuesta fue clara: “No voy a ponerme a trabajar, así que vuelta a clase”.
Desde entonces, se ha ido abriendo camino, matriculándose en una o dos asignaturas por semestre. Al principio la miraban raro en el campus: “Algunos estudiantes, de 19 o 20 años, pensaban que yo era la profesora. Pero no, yo era una estudiante más, igual que ellos”, cuenta con una sonrisa al medio 11Alive.
Recibió un duro golpe de la vida antes de terminar
No todo fue fácil. El año pasado, cuando parecía que la graduación por fin estaba cerca, recibió una de las peores noticias. Los médicos le detectaron un tumor de 4,5 kilogramos en el riñón, pero Patricia no se rindió. “Solo puedo decir que he tenido la suerte de vivir los mejores años de mi vida, incluso con estos baches en el camino”. El campus, los compañeros, el ambiente de volver a aprender: “Estas experiencias que debí tener a los 19 o 20, son las mismas a los 79”.

“Es imposible no conocerla, ilumina la sala”, aseguran sus profesores. Y ahora, Patricia no descarta lanzarse a por un máster, pero su objetivo inmediato es compartir lo aprendido en la universidad para ayudar a los demás. “He disfrutado tanto este proceso. Sobre todo este último año, cuando me di cuenta de que de verdad iba a pasar. He estado en una nube”, confiesa.
Hay que tener en cuenta que en Georgia, si tienes más de 62 años, puedes estudiar en la universidad gratis. Así que esto facilitó que la protagonista se animase a matricularse en una carrera y demostrar que nunca es tarde, ni demasiado mayor, para volver a empezar.

