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La contaminación de los neumáticos es tan grave como la de los motores, el otro gran desconocido de los coches eléctricos

La contaminación derivada del desgaste de los neumáticos ha crecido en los últimos años, lo que explica la evolución que ha experimentado el mercado del autómovil


Un neumático de coche en medio de una calle.
Un neumático de coche en medio de una calle. |Pixabay
Redacción Noticiastrabajo
Redacción Noticiastrabajo
Fecha de actualización:

El impacto medioambiental se ha ignorado durante años, pero estudios como el de la Unión Europea demuestran que la contaminación no solo está en los coches, incluso en los vehículos eléctricos, sino también en los neumáticos. De hecho, tiene consecuencias para la salud incluso comparables a la contaminación de un motor de combustión.  

Al respecto, según informes como el de Michelin, un vehículo que utiliza neumáticos de la marca francesa y realiza 27.000 kilómetros al año genera en torno a 1,6 kilos de partículas contaminantes en ese periodo

La polución nociva en los neumáticos de los coches ensucia el aire, pero también ríos y océanos 

Las políticas europeas que se están llevando hoy en día sobre la contaminación de los coches son bastante estrictas, y lo serán más. Sin embargo, solo tienen en cuenta las emisiones producidas por los motores. Y, en realidad, la contaminación atmosférica provocada por un coche no solo surge de su motor de combustión.   

Y es que hay otro tipo de polución igual de nociva que causan todos los vehículos, incluidos los eléctricos. Esta es la que tiene que ver en forma de microplásticos por el desgaste de los frenos, los neumáticos, la superficie de la carretera y la resuspensión del polvo del asfalto ocurrida durante la circulación.  

Estas son las que vienen a denominarse como NNE ("emisiones no de escape"). La mayor parte de estas partículas se quedan en el suelo y en el agua, ensuciando ríos y océanos, mientras otras permanecen en la atmósfera, afectando a la calidad del aire. Y, como mantienen desde Europa, las emisiones de los neumáticos llegan a ser las más contaminantes de todas, a veces, superando las emisiones de los motores. 

Provocan problemas de salud

De la fricción con los neumáticos, se emiten elementos de la composición del asfalto y, además, partículas del neumático, formado por caucho, sílice, carbono… Es así que, como reflejan desde la Unión Europea, un neumático de coche medio pierde 10 kg de partículas a lo largo de su vida útil y se calcula que cada año se liberan en el mundo un total de 6 millones de toneladas de partículas de neumáticos 

La contribución relativa del desgaste de los neumáticos a la cantidad total mundial de plásticos que acaban en nuestros océanos es del 5-10%. En el aire, se calcula que entre el 3 y el 7% de las partículas están formadas por desgaste de neumáticos. 

Esto indica que pueden contribuir a los problemas de salud producidos por la polución de estas partículas en suspensión, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) causa 3 millones de muertes. Tanto, que contribuyen gravemente al desarrollo de problemas cardiovasculares, pulmonares, afecciones al desarrollo de los niños, problemas reproductivos e incluso algunos tipos de cáncer 

Aunque un neumático nuevo por sí solo no es tóxico, algunos de sus componentes al descomponerse sí lo son, como los metales pesados cadmio y plomo, y los famosos hidrocarburos aromáticos policíclicos o HAP, considerados cancerígenos. 

En la fabricación de neumáticos se emplea azufre, utilizado para vulcanizar el caucho, que genera contaminantes como el dióxido de azufre y el disulfuro de carbono. Además, contienen óxido de zinc, sílice, negro de carbón y aceites. 

En conclusión, se ha conseguido demostrar, por tanto, que los neumáticos son capaces de contaminar mucho más que los motores de combustión que tan perseguidos están desde hace años, así como a su alternativa, los coches eléctricos.

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