Cinco alimentos que perjudican tu memoria y concentración si estudias u opositas

Estudiar no es fácil. Menos si nos encontramos preparando unas oposiciones, donde la constancia y el esfuerzo diario son claves para alcanzar el objetivo de acabar siendo funcionario público. Si estás inmerso en el estresante mundo de apuntes y simulacros de examen, sabrás de buena mano que cualquier ayuda es poca. Ahí, en lo que se refiere a la memoria y concentración, la alimentación puede echarte un clave. 

Lo que comemos, como ha asegurado la psiquiatra nutricional y profesora en la Escuela de Medicina de Harvard, Uma Naidoo, afecta a nuestra capacidad para concentrarnos. Es un nuevo efecto a tener en cuenta que se suma a los beneficios que han demostrado diversos estudios científicos a lo largo de los años: seguir una dieta saludable previene la aparición de enfermedades como cardiopatías, diabetes e, incluso, algunos tipos de cáncer. 

En el campo que nos ocupa, la memoria y concentración, hay bacterias intestinales que pueden desencadenar procesos metabólicos e inflamación cerebral, con efectos negativos para ambas capacidades. De hecho, en el peor de los casos, podría provocar demencia. Así lo expone Uma Naidoo, también autora del libro ‘This Is Your Brain on Food’, una guía donde expone los alimentos que combaten trastornos del sueño, TOC, demencia, TDAH, depresión o ansiedad. 

Al contrario, la investigadora recomienda reducir en nuestra alimentación ciertos alimentos que pueden intensificar los problemas cerebrales. Si eres estudiante o, por motivos laborales, tienes que estar concentrado al 100%, te interesa conocerlos para desarrollar tu actividad lo mejor posible. A continuación los desvelamos. 

Alimentos a evitar para mantener la salud cerebral 

Hay algunos alimentos que pueden afectar negativamente a la capacidad de concentración y memoria de las personas. Lo más recomendable para mantener una buena salud cerebral es reducirlos de la dieta, tratándose de los siguientes.

Azúcares añadidos 

Es uno de los más perjudiciales. Una dieta alta en azúcar puede producir un exceso de glucosa en el cuerpo, lo que puede afectar seriamente al funcionamiento del cerebro. En esta línea, numerosos estudios han relacionado el aumento de glucosa con una menor plasticidad del hipocampo, el sector cerebral que controla la memoria: cuanto menos plasticidad se tenga, menor memoria se tendrá. Por ello, desde la Asociación Estadounidense del Corazón recomiendan no superar el consumo de los 25 gramos en las mujeres y 36 gramos para los hombres. 

Alimentos fritos 

Los alimentos fritos tampoco son recomendables para el cerebro. Su consumo habitual puede afectar a los vasos sanguíneos y, de esta forma, llegar al cerebro, lo que puede afectar consecuentemente al proceso de aprendizaje y la memoria. Por ese motivo, la investigadora se aconseja solamente tomarlos de forma mensual o, en su defecto, semanal.

Carbohidratos o hidratos de carbono

Los alimentos ricos en carbohidratos, sobre todo los elaborados con harina refinada, son contraproducentes para la salud. Es el caso de los procesados, como son las galletas, la bollería, el pan o la pasta (siempre que no estén elaborados artesanalmente). La opción más saludable sería pasarse a la harina integral e introducir productos altos en fibra y con un índice glucémico bajo, como son las verduras, frutas o legumbres. 

Alcohol 

No es un descubrimiento, el alcohol es perjudicial para el cerebro. Como expone el estudio del ‘Bristish Medical Journal’, las personas que beben más de 14 copas a la semana tienen más probabilidades de sufrir demencia. Habría que añadir a sus consecuencias las bacterias intestinales que provocan su ingesta, que pueden provocar inflamación cerebral. 

Alimentos con nitratos

Menos conocidos, son también de los más perjudiciales para el cerebro. ¿Qué alimentos contienen nitratos en su composición? Es el caso de algunas carnes curadas, que los utilizan a modo de conservante, y que pueden derivar en trastornos bipolares en las personas que los consumen. Como sustitutivos, se pueden emplear harinas de trigo sarraceno, que por su contenido en antioxidantes pueden contrarrestar los efectos adversos que produce la ingesta de dichas carnes.