
La Unión Europea (UE) da otro paso más sobre el control a las grandes empresas que mueven los hilos del mundo virtual. Han pasado más de dos décadas desde que la UE estableció las últimas normas para Internet. Google y Amazon no tenían el tamaño que tienen hoy, y Facebook ni siquiera había nacido.
Y mucho ha cambiado: el monopolio de estos gigantes tecnológicos provoca que frenen las iniciativas y actividades de la competencia. Además, la antigua Ley de la competencia tampoco ayuda, precisamente. Por ello, la UE ha acordado una nueva Ley que regule y limite determinadas actividades de las grandes empresas de Internet: la Ley de Mercados Digitales o Digital Markets Act (DMA), que entra en vigor este mes de octubre.
Libre elección de los programas
Las empresas ya no podrán dar un trato preferente a sus propios productos y ofertas. Así, los usuarios deberán poder eliminar aplicaciones que vienen preinstaladas en los dispositivos. Esto incluye los navegadores propios de Microsoft, Google y Apple, que en un futuro podrían dejar de venir predefinidos como los navegadores predeterminados.
El usuario deberá tener siempre la opción para usar cualquier otro navegador. En el futuro, los usuarios tendrían que poder elegir de manera libre su asistente de voz y tiendas de aplicaciones alternativas. Además, las empresas solo podrán combinar datos de fuentes diferentes con el consentimiento explícito del usuario.
Interoperabilidad entre las aplicaciones de mensajería
WhatsApp, Telegram o iMessenger se verán obligados a abrir sus plataformas para aceptar comunicaciones con otros servicios más pequeños. De esta forma, los competidores más pequeños podrán decidir por ellos mismos si quieren abrir o no sus plataformas. Lo más probable es que entren en el mercado nuevas ofertas con nuevos proveedores que vinculen su servicio con WhatsApp.
Endurecimiento de las sanciones
Se espera que entre diez y quince empresas tecnológicas se vean afectadas por la DMA, entre ellas Alphabet (Google), Apple, Meta (Facebook) y Amazon. Los que infrinjan la ley corren el riesgo de sufrir severas sanciones, que en principio podrían llegar a suponer hasta el 10 % del volumen de facturación a nivel global anual.
Un porcentaje que podría llegar al 20% en el caso de producirse reincidencia en las infracciones. La Comisión de la Unión Europea podría incluso, en casos excepcionales, hasta prohibir las fusiones y adquisiciones durante un periodo de tiempo determinado, o bien aplicar medidas específicas estructurales como la desarticulación o disolución.
Controversia con la DMA
Las grandes empresas trataron de regatear la ley para acoplarla a sus intereses. Apple reaccionó al acuerdo con preocupación, alegando que algunas de las normativas de la DMA generarían lagunas de seguridad y privacidad innecesarias para los usuarios. Google que “les preocupaba que algunas de las regulaciones pudieran suponer un freno a la innovación y a la posibilidad de libre elección” para los ciudadanos europeos.
Sin embargo, otros la recibieron con esperanza. Muchas start-ups esperan conseguir, con la ayuda de esta ley, un mejor posicionamiento de sus productos dentro del mercado. Lo que queda por ver es si la Ley de Mercados Digitales realmente tendrá efecto.
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