La Guardia Civil ha lanzado una advertencia clara a todos los españoles que estén pensando en disfrazarse este próximo Halloween: no está permitido disfrazarse con uniformes, insignias o prendas que puedan confundirse con las utilizadas por las fuerzas y cuerpos de seguridad. Así de claro lo ha dejado en un post de su cuenta oficial de X (antes Twitter), donde recuerda que “el uso público e indebido de uniformes, trajes o insignias que atribuyan carácter oficial sin estar autorizado constituye una infracción penal”.
Aunque parece solo una simple advertencia de cara a la festividad del ‘día de los muertos’, para la que faltan menos de dos semanas, detrás existe una normativa muy concreta que establece cuándo y cómo se puede usar la vestimenta reglamentaria de la Guardia Civil y qué consecuencias puede tener su uso indebido. Y es que cada vez es más común ver cómo en los carnavales de Cádiz o de cualquier otra ciudad, la gente aprovecha para disfrazarse de bombero, policía o hasta Guardia Civil, debido a la ‘guasa’ que genera y a que da mucho juego para la risa y la diversión.
La ley que prohíbe el uso indebido del uniforme
El Real Decreto 967/2021, de 8 de noviembre, publicado en el Boletín Oficial del Estado, regula el uso general del uniforme de la Guardia Civil y establece con claridad los límites y excepciones a su utilización.
Esta norma determina que el uniforme y sus elementos, tales como insignias, emblemas, condecoraciones o cualquier distintivo reglamentario tienen carácter institucional y no pueden ser empleados libremente por particulares. Solo las personas que pertenezcan al Cuerpo pueden usarlo, y su utilización por parte de ajenos queda restringida a casos muy específicos, como representaciones artísticas o actos culturales previamente autorizados.
Además, el Real Decreto subraya que quienes ya no son miembros activos del cuerpo (por ejemplo, personal retirado) solo podrán vestir el uniforme en actos solemnes o institucionales, siempre dentro de los límites que fija la propia norma. En cualquier otro contexto, se considera un uso inadecuado que puede derivar en sanciones.
Desde 400 hasta 12.000 euros de multa por disfrazarte de Guardia Civil
Disfrazarse con un uniforme que parezca oficial puede tener consecuencias legales más serias de lo que muchos imaginan. El Código Penal español distingue entre dos tipos de conductas sancionables: la usurpación de funciones públicas y el uso indebido de uniformes o insignias oficiales.
El artículo 498 del Código Penal castiga con penas de prisión de uno a tres años a quien “usurpe el nombre, los atributos o las funciones de un funcionario público sin estar habilitado para ello”. Es decir, si alguien vestido de Guardia Civil realiza actos propios de un agente (dar órdenes, pedir documentación o simular una actuación policial), puede ser acusado de usurpación de funciones públicas.
Por otro lado, el artículo 402 bis contempla sanciones para quienes utilicen indebidamente trajes, insignias o emblemas que atribuyan carácter oficial, aunque no lleguen a actuar como autoridad. En este caso, la sanción prevista es una multa de uno a tres meses, que se calcula en función del sistema de días-multa. Cada día puede oscilar entre dos y 400 euros, dependiendo de la capacidad económica del infractor, lo que significa que la sanción podría alcanzar entre 60 y 12.000 euros.
Además, si se utiliza el uniforme con intención de engañar o de cometer un delito —como estafas, amenazas o suplantaciones— las penas pueden agravarse, ya que el disfraz pasaría a considerarse un medio para cometer otro delito.
Halloween sí, pero con precaución
La Guardia Civil insiste en que no se trata de limitar la diversión, sino de evitar confusiones y preservar la confianza ciudadana en las instituciones. Un disfraz de policía, militar o guardia civil puede parecer inofensivo, pero si incluye piezas oficiales o réplicas realistas, puede inducir a error y vulnerar la ley. La propia Guardia Civil lo deja claro en su post de X: “No uses prendas reglamentarias para disfrazarte”.
Por eso, los expertos recomiendan optar por versiones claramente festivas o caricaturizadas, evitando escudos, gorras o cinturones reglamentarios. Tampoco se debe fingir ejercer funciones propias de un agente (como pedir documentación o dar órdenes, tipo Antonio Recio en La Que Se Avecina), ya que esos gestos pueden ser interpretados como usurpación de autoridad.
Un uniforme oficial nunca puede ser un disfraz
En resumen, el mensaje de la Guardia Civil es claro: el uniforme no es un disfraz. Su uso indebido está regulado por ley y puede acarrear sanciones tanto administrativas como penales. Si este Halloween piensas vestirte de agente, asegúrate de que tu atuendo sea reconociblemente festivo y no un intento de imitación real.
El uniforme de la Guardia Civil simboliza la autoridad del Estado y la seguridad de todos los ciudadanos. Por eso, el Real Decreto 967/2021, que puedes consultar en el BOE, deja claro que su utilización sin autorización constituye una infracción. Lo que parece una simple broma podría acabar costando mucho más que el propio disfraz.

