El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) ha reconocido como acoso laboral la denuncia presentada por el sindicato CCOO en la que se denuncia que una trabajadora de Bilbao continúa de baja desde enero de 2021 por este asunto. La Inspección de Trabajo de la Seguridad Social, que además lo ha contratado junto a un informe presentado por el servicio de Quirón Prevención, asume la relación directa entre las conductas que soportaba la empleada en su puesto de trabajo que le llevó a su posterior baja médica.
En el estudio médico llevado a cabo por la mutua se establece que han existido “conductas inadecuadas” hacia la trabajadora como “agresiones verbales”, que han terminado en “gritos, insultos y amenazas”. Para llegar a esta conclusión, se han tenido en cuenta las pruebas aportadas por la interesada e indica que “se han detectado indicadores de riesgo psicosocial que señalan la existencia de posibles deficiencias en la organización que podrían ser inadecuados y que podrían llegar a producir consecuencias dañinas para la salud” de los trabajadores.
Es más, el servicio de prevención concreta igualmente la situación de “acoso” que padecía la mujer se estaba volviendo “cada vez más habitual”. De hecho, el responsable de la empresa fue testigo de esas agresiones verbales. Se trata de un logro histórico en materia de derechos laborales y que conviene tener presente ya que en los últimos años se han detectado numerosos casos de suicidios motivados por causas laborales, como demuestra este reciente estudio.
El INSS aclara porque este caso es admitido como acoso laboral
El Instituto Nacional de la Seguridad Social ha catalogado este año de baja laboral como accidente de trabajo, tras la solicitud de determinación de contingencia ante este organismo público puesta en marcha por el gabinete de salud de la central sindical. Pero, ¿qué significa esto? Este reconocimiento conlleva que existe una relación intrínseca entre el periodo de baja de la trabajadora y lo que sufrió en su puesto de trabajo.
Por lo tanto, se analizan las relaciones entre los factores psicosociales, como es el caso del estrés laboral, y las alteraciones mentales, especialmente la ansiedad y la depresión. Lo cierto es que no hay que perder de vista estos tres trastornos mentales que en más de una ocasión se vive en completo silencio en el tejido productivo y que puede desencadenar graves problemas de salud mental.
Como señala Francisco Trujillo, investigador de Derecho del Trabajo en la Universidad de Valencia, algunas de los factores que pueden desencadenar que un individuo decida quitarse la vida son los actos hostiles o humillantes reiterados en el tiempo, el acoso en el trabajo bajo el paraguas de las nuevas tecnologías, lo que se conoce como “ciberacoso”. Una presión que puede verse también motivada por el estrés crónico, más conocido como “el síndrome del trabajador quemado”. Es en ese caso cuando la persona se despersonaliza y desarrolla actitudes y sentimientos hacia las personas con las que trabaja.
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