Crear un buen curriculum vitae es tu mejor escaparate para exponerte como el mejor candidato para conseguir un trabajo. A veces querer conseguir el empleo de nuestros sueños nos lleva a cometer el grave error de engordar, falsear o mentir en nuestra carta de presentación laboral. Aunque de primeras esto pueda dar lugar a conseguir el trabajo puede convertirse en un arma de doble filo y llevar de conseguir el trabajo a ser despedidos.
“El desarrollo del currículum es la primera acción y la más meticulosa en el proceso de empleabilidad. Nos permite conocernos más a nivel laboral y nos entrena para comunicarnos mejor en una entrevista”, explica Ruth Elías, de Human Resources Spain. Algunos, para destacar a los ojos del personal de recursos humanos que se enfrentan a montañas y montañas de currículums, deciden maquillar esa tarjeta de presentación. Ya sea engordando habilidades o experiencia, ya sea directamente mintiendo.
De hecho, un estudio de Udemy revela que en España, es uno de los países en los que más se lleva a cabo esta práctica, uno de cada cuatro han mentido en su CV o en LinkedIn sobre su nivel de idiomas, experiencia, habilidades o lugares de trabajo. Aunque hacerlo no se considera un delito en sí estipulado por ley, resulta una práctica arriesgada que puede tener sus consecuencias. ¿Qué pasa si mientes en el currículum?
Los empleadores están entrenados para detectar mentiras
Están entrenados para ello. Los profesionales de los distintos departamentos de los recursos humanos de las empresas huelen la mentira. En caso de afirmar disponer de un nivel más elevado del que tenemos en un idioma o competencia, basta con realizar una prueba. En caso de poseer un nivel en base a estándares europeos como un nivel C1 en inglés, comprobar las certificaciones del mismo.
Si hemos engordado nuestro CV con puestos de trabajo inexistentes o en empresas fantasmas, los empleadores también lo tienen fácil, pudiendo recurrir a portales de registros mercantiles para comprobar la realidad de su existencia o contactando directamente con la misma para pedir o acreditar referencias.
Asimismo, existen otras vías de sospechar que un candidato no está diciendo la verdad en su currículum. Sobre todo en la propia entrevista personal. Allí, la comunicación no verbal, involuntariamente, puede dar síntomas de esta práctica mediante el lenguaje corporal que estemos exteriorizando: nerviosismo, mirada al vacío, sudoración, firmeza en el habla…
La pescadilla que se muerde la cola
Si las triquiñuelas de nuestro curriculum vitae han pasado el primer corte del proceso de selección de empleo, solo restan dos opciones a la hora de llegar a la entrevista: o continuar con la mentira y afrontar sus consecuencias o reconocerlo.
Trabajar con cargas
En el primero de los casos anteriores, si la mentira que ha propiciado llegar al proceso final de la entrevista sirve también conseguir el puesto de trabajo, completando la actuación fingiendo de manera magistral o regateando al personal de recursos humanos, hay que tener cuenta que se deberá llevar también esa mochila en el día a día. Puede que no se tengan las competencias para realizar correctamente nuestras funciones o que nos cueste más de lo debido por nuestra falta de experiencia.
Compromete tu dignidad y honestidad
Llegados a este punto, ¿dar marcha atrás o no? ¿Cómo se le transmite a un superior que has mentido y no sabes utilizar una determinada herramienta, o no hasta el nivel que prometías? Un debate interno que conlleva una situación altamente comprometida que puede generar cargas mentales en forma, por ejemplo, de ansiedad.
Puedes perder tu trabajo
Pero ¿se puede vivir con ese riesgo? En caso de no salir ganadora la jugada y caer derrotado ante el peso de las consecuencias de un acto que ha llegado demasiado lejos, transmitirlo, obviamente, compromete drásticamente la continuidad en el puesto. Así lo reconoce el artículo 54 del Estatuto de Trabajadores que contempla como causa de despido disciplinario la “transgresión de la buena fe contractual, así como el abuso de confianza en el desempeño del trabajo”. Un daño en nuestro historial y reputación personal que no solo puede provocar la pérdida de un empleo, si no de futuros.
Puede ser delito
Aunque mentir en un CV no posee consecuencias legales, sí podría darse el caso de incurrir en falsedad documental, de los que ya hay historial y antecedentes jurídicos en España. Conocido es el caso del arquitecto que trabajó en Extremadura durante un año y medio como jefe de obras sin titulación oficial y la Justicia acabó dando el último empujón a su despido. Aunque no es el único. Esa puerta que pueden abrir las mentiras en un currículum acabó por pilarle los dedos a una monitora de patinaje artístico en Lleida. El ayuntamiento denunció sus certificados falsos y fue condenada a seis meses de cárcel por parte de la Audiencia Provincial. Un caso más extremo que viene a confirmar las consecuencias de en lo que puede desencadenar una mentira.
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