Uno de cada cinco asalariados en España percibe que su salud, sobre todo la mental, se ha deteriorado en el último año, con el estrés, la ansiedad y la depresión como principales vectores. Así lo dice el Informe sobre el Estado de la Salud Laboral en las Empresas 2025, elaborado por Pluxee con la colaboración de aseguradoras (Asisa, Wellhub, Cigna y Sanitas), que además detecta que un 33% tiene dificultades para desconectar del trabajo y que la misma proporción vincula el empeoramiento del sueño con motivos laborales. La mitad reconoce episodios de estrés en los últimos doce meses.
Pese a que este problema cada vez tiene una mayor visibilidad social, uno de cada cuatro empleados no siente que pueda hablar de salud mental en el trabajo sin temor a repercusiones, y un 10,5% admite que llegó a necesitar una baja por ansiedad o estrés pero no se atrevió a solicitarla. Entre quienes sí la tuvieron, el 62% percibe que afectó negativamente a su carrera.
La desconexión digital, asignatura pendiente
Desde 2018, España reconoce el derecho a la desconexión digital y para conseguirlo ha desplegado una Estrategia de Salud Mental en el Sistema Nacional de Salud, aunque en la vida real su aplicación en empresas es desigual y todavía conviven buenas prácticas con protocolos meramente formales. La Ley Orgánica 3/2018 (se puede consultar en este BOE) da el derecho de los trabajadores a no atender comunicaciones fuera de jornada, y obliga a las compañías a desarrollar políticas internas que lo garanticen.
De forma paralela, la normativa del teletrabajo (trabajo en remoto o a distancia) refuerza estos derechos. En este sentido, expertos en derecho laboral explican, además, que la Audiencia Nacional avaló en mayo de 2024 que la empresa pueda aprobar su política de desconexión de forma unilateral, siempre que se escuche previamente a la representación de los trabajadores, por lo que no es imprescindible un acuerdo, aunque sí un protocolo efectivo y conocido por la plantilla.
Por otro lado, tres de cada cuatro empleados consideran que su empresa no ha valorado su salud física o mental en el último año o lo ha hecho de forma insuficiente y el 72,5% afirma que su empresa no ofrece ningún recurso para ese apoyo emocional.
Además, un tercio se ha planteado cambiar de trabajo por estrés. Con estos datos podemos ver que la mala salud y la baja percepción de apoyo interno se traducen en apatía y menor productividad, especialmente entre los trabajadores de la generación millennial.
Qué piden los trabajadores
Según el estudio de Pluxee (se puede obtener en este enlace) entre las medidas para mejorar la salud y el bienestar emocional se encuentra la implantación de la jornada laboral de cuatro días, opción favorita para la mitad de los encuestados, por delante de jornadas extra de descanso y políticas de conciliación.
Pero, sobre este tema ¿Qué funcióna? Más allá del “salario emocional”, las experiencias con semanas de cuatro días/32 horas señalan beneficios concretos para el bienestar y, en algunos casos, para la productividad. El piloto de Valencia de cuatro lunes festivos consecutivos en 2023 con evaluación independiente registró mejoras en el estrés percibido, satisfacción y conciliación, junto a impactos colaterales en movilidad y calidad del aire.
Aunque fue una prueba acotada y con efectos heterogéneos por sectores (el comercio minorista reportó descensos puntuales de ventas), sus conclusiones alimentan el debate sobre el rediseño del tiempo de trabajo.
La brecha entre norma y práctica
El gran reto está en la ejecución. Sentencias y guías recuerdan que no basta con colgar un protocolo: hay que formar a mandos, establecer ventanas de silencio en mensajería interna, programar envíos fuera de horario y fijar mecanismos de alerta ante sobrecarga crónica.
La realidad, sin embargo, es que la evaluación de riesgos psicosociales aún no está plenamente integrada en muchas pymes. La consecuencia es conocida: rotación por desgaste, absentismo y pérdida de productividad, exactamente lo que el estudio de Pluxee observa cuando un tercio de los trabajadores se plantea irse por estrés.

