Uno de los temas que más preocupa en el ámbito laboral es la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA). No solo porque ha cambiado la forma de trabajar, sino especialmente por si su entrada supondrá la destrucción de miles de puestos de trabajo. Y es que ya hay testimonios reales de trabajadores que han sido sustituidos por modelos de IA.
El de Kathryn Sullivan, de 63 años, es uno de ellos, siendo despedida por un chatbot que ella misma había estado entrenando. Tras 25 años trabajando en el mismo banco, la despidieron en julio, pillándole totalmente por sorpresa. “Me quedé completamente en estado de shock, al igual que mi compañero”, afirmó al medio Daily Mail, afirmando estar destrozada: “Nos sentimos como si no fuéramos nada, como si fuéramos un número”.
La entidad bancaria para la que trabajaba, Commonwealth Bank, obtuvo unos beneficios de 10.25 billones de dólares en el último ejercicio financiero, pero lo peor de todo es cómo se comportaron con Sullivan tras notificarse su despido: “Me ignoraron durante ocho días laborables antes de responder a cualquiera de mis preguntas”.
“Sin darme cuenta, estaba entrenando a un chatbot que acabó quitándome el trabajo”
Las últimas tareas que realizó en la Sullivan en el banco fue la redacción y prueba de respuestas del chatbot para la IA Bumblebee del banco, y cuando el bot se probaba con clientes reales, ella intervenía cada vez que no conseguía responder. “Sabíamos que los mensajes acabarían enviándose al extranjero, pero ni en mis peores pesadillas imaginé que me despedirían tras 25 años en la empresa”, aseguraba al citado medio.
Lo más desesperante, es haber sido sustituida por la IA que ella misma había estado desarrollando: “Sin darme cuenta, estaba entrenando a un chatbot que acabó quitándome el trabajo”. Su posición es que, aunque la Inteligencia Artificial es una ayuda y una mejora en algunas áreas, se necesitan medidas de seguridad.
“Aunque estoy a favor del uso de la IA y veo su utilidad tanto en el ámbito laboral como fuera de él, creo que es necesario establecer algún tipo de regulación para evitar las infracciones de los derechos de autor... o la sustitución de los seres humanos”, manifestaba al respecto.
Las llamadas de los clientes se dispararon con la IA y pidieron a los empleados que volvieran
El banco para el que trabajaba Sullivan admitió más tarde que habían cometido un error, reconociendo que las llamadas de los clientes se dispararon tras los despidos, lo que demostró que la IA no podía sustituir por completo al personal. Por ello, se vieron obligados a revocar su decisión, ofreciendo a los empleados que fueron despedidos a recuperar sus puestos de trabajo.
Sullivan decidió rechazar esta oferta, alegando que el puesto que le ofrecían era diferente al original y que no le daban ninguna seguridad real. Sobre esto, un portavoz del Commonwealth Bank reconoció que el banco había gestionado mal el proceso y explicó que su evaluación inicial, según la cual 45 puestos eran prescindibles, fue errónea.
“Hemos pedido disculpas a los empleados afectados y reconocemos que deberíamos haber sido más minuciosos en nuestra evaluación de los puestos necesarios”, señaló, asegurando que estaban “apoyando a los empleados afectados” a quienes dieron la opción de continuar en sus puestos actuales, buscar un nuevo puesto dentro de la entidad o abandonar la organización (como hizo Sullivan).
La entidad bancaria también anunció que estaban revisando sus procesos internos “para mejorar nuestro enfoque de cara al futuro”, si bien siguen apostando fuertemente por la IA. No en vano, recientemente anunciaron una alianza con el gigante tecnológico OpenAI, afirmando que ambas empresas trabajarían juntas para combatir “las estafas, el fraude y los delitos cibernéticos y financieros”.
“Nuestra alianza estratégica con OpenAI refleja nuestro compromiso de traer capacidades de primer nivel a Australia y explorar cómo la IA puede mejorar la experiencia de los clientes, protegerlos mejor y abrir nuevas oportunidades para las empresas australianas”, justificaron. Una apuesta que están haciendo también otras empresas y por la que cada vez más profesionales están demandando la creación de leyes que limiten el uso de la IA y protejan a los trabajadores.

