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Un camarero denuncia a su jefe por tenerlo 30 horas sin cotizar y cobrando a escondidas en un sótano: “si quieres comer y pagar el alquiler, tendrás que pasar por el aro”

En el contrato también le tenían en una categoría diferente, previsiblemente para mantenerle una base de cotización menor a la que le correspondía.

Un camarero trabajando en una terraza
Un camarero denuncia a su jefe por tenerlo 30 horas sin cotizar y cobrando a escondidas en un sótano: “si quieres comer y pagar el alquiler, tendrás que pasar por el aro” |EFE
Esperanza Murcia
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La hostelería es conocida por ser uno de los sectores con mayor precariedad laboral. Jornadas laborales maratonianas (por encima de las 40 horas semanales), sueldos en ‘B’ y, por ende, con muchas horas sin cotizar, descansos mínimos que no se respetan… A lo que se suma, en algunas ocasiones, el mal trato también de los clientes.

Carlos Muñoz, camarero, lo vivió todo en primera persona hace unos años, lo que llevó a denunciar a su jefe ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Tal y como contó en el programa de ‘Equipo de Investigación’ de ‘laSexta’, emitido en 2022, aunque “estaba oficialmente contratado por 10 horas semanales”, en realidad trabajaba 40

Sobre cómo se les abonaban esas 30 horas que echaba de más, Muñoz confirmó lo que muchos esperaban: las cobraba ‘en negro’, de forma irregular. “A final de mes el jefe nos mandaba a una especie de sótano que tenía en el bar, donde nos entregaba en mano, en un sobre, el sueldo total sin cotizarlo”, explica.

Una práctica que, a otros profesionales, puede sorprender pero que asegura es “bastante usual” en la hostelería: “Si quieres comer y pagar el alquiler, tendrás que pasar por el aro”, indica que es lo que muchos bares y restaurantes usan para mantener a la plantilla en estas condiciones. 

Carlos Muñoz, camarero
El camarero Carlos Muñoz durante el programa | Foto: laSexta

No podía pedir el paro

Este camarero también explicó al citado medio que no recibió su contrato de trabajo hasta tres meses después de empezar a trabajar. Y todo porque no paró de insistir para que se lo proporcionaran. Hay que recordar que recibir el contrato por escrito es un derecho que pueden ejercer todos los trabajadores, tal y como se recoge en el artículo 8.2 del Estatuto de los Trabajadores: “Cualquiera de las partes podrá exigir que el contrato se formalice por escrito, incluso durante el transcurso de la relación laboral”. De hecho, no hacerlo puede conllevar una multa de hasta 7.500 euros.

Además, Muñoz enseña cómo en el contrato aparecía que trabajaba como ayudante de cocina, cuando en realidad era camarero. En este sentido, apuntar que el cambio de categoría por una inferior es perjudicial para los empleados porque se estaría manteniendo una base de cotización menor, lo que lleva a recibir menos dinero de cara a la pensión de jubilación u otras prestaciones.

Asimismo, en el contrato ponía que estaba de 14 a 15 y de 22 a 23 horas, cuando en realidad trabajaba 40 horas semanales. Por esta razón, también sufrió un perjuicio económico cuando quedó desempleado: “Si tú cotizas 10 horas, en vez de 40 horas, ¿qué pasa? Que cuando llegas a ver los días que he cotizado para conseguir el paro, que son 365 días, me encuentro que de 8 o 9 meses que estuve trabajando, yo había cotizado 15 o 20 días. Entonces, claro, no puedes pedir ni siquiera el paro”, relataba al programa.

Ante esta situación, decidió presentar una denuncia ante la Inspección de Trabajo, explicando que se puede hacer de manera anónima, lo que puede animar a trabajadores en circunstanciales similares también a dar el paso sin temor a recibir represalias.

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