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Una niñera de 42 años explica cómo ganar un dinero extra vendiendo lencería: "más de 1.000 euros al mes"

Una cuidadora, que emprendió en 2018 su propio negocio, ha conseguido ganar un dinero extra y hacerse con una gran reputación en el mundo de la costura.


Mujer leyendo unos papeles.
Una mujer revisa papeles ante la pantalla de un ordenador. |Freepick
Berta F. Quintanilla
Fecha de actualización:

Una niñera de 42 años, Magali Oursel, ha conseguido un segundo empleo gracias a sus ganas y buen ojo para los negocios. Desde 2018 compagina su trabajo como niñera en Normandía con un taller de lencería y ropa interior que le permite generar ingresos adicionales y conocer gente. No sólo sus alumnos, sino a vendedores o comerciales, un círculo social más amplio que la alejaba un poco del mundo infantil.

Ha conseguido un sueldo adicional de 500 euros al mes (un mes ingresó más de 1.000 euros) gracias a un negocio que no necesitó mucha inversión. De hecho, ya ha pagado de sobra el coste de su puesta en marcha. “Me encanta mi trabajo (cuidadora infantil) pero necesitaba más contacto social”, ha explicado en una entrevista para Le Figaro. 

Un día, mientras estaba en su puesto de trabajo, Magali se apuntó a un taller de costura organizado por la consultora Charlott, que es una referencia en moda prêt-à-porter y lencería que vende sus prendas a domicilio. Como le gustó la idea, llamó a los organizadores, que le explicaron lo que debía hacer para convertirse en VDI (Vendedora Independiente de Vivienda) y le aclararon que no era necesario que dejase su empleo.

La cuidadora infantil consiguió vender 500 euros 

Lo primero que le pidieron para ganar su maleta de lencería, era que consiguiera vender 500 euros en ropa interior. “Los primeros talleres estaban organizados con los materiales de nuestros patrocinadores. Necesitas 500 euros en ventas para conseguir la primera maleta de lencería que permite comenzar con tu propio negocio sin gastar ni un céntimo”.

Cuando empezó con la venta puerta a puerta, tuvo que cuadrar sus horarios de trabajo como canguro con los de su nuevo empleo. Para empezar, los miércoles y sábados ha conseguido sacar huecos por la mañana y por la tarde para vender a domicilio. Los talleres los organiza en la casa de las interesadas que se llaman anfitrionas. 

No tiene publicidad y cuenta que la conocen por el boca a boca y que cuando llega a una casa, se encuentra con la anfitriona y sus amigas. Luego, presenta la colección y las ayuda con las pruebas. “Intercambiamos consejos sobre la forma del cuerpo y la moda”, ha señalado. 

Tiene que vender 3.600 euros al mes: un auténtico reto

El dinero que ingresa a modo de ‘sueldo’ es el resultado de las comisiones que cambian según la cantidad de prendas que se vendan y el estatus del asesor. Magali recibe entre el 20% y el 30% de sus ventas. Por ejemplo, para llegar a los 500 euros al mes, necesita vender 3.600 euros que supone una veintena de conjuntos de ropa interior y lencería o sujetadores. “Normalmente, gano entre 300 y 500 euros al mes, hubo dos meses en los que ingresé 1.000 euros, pero fue algo excepcional”.

En una fiesta de las que se suelen organizar para dar a conocer la nueva colección, “se pueden generar entre 100 y 120 euros”. De este modo, agendando una a la semana o cuatro al mes, se pueden alcanzar los 500 euros. 

Esta facilidad para ingresar dinero con las ventas hace que, en estos momentos, la marca cuente con más de 2.000 vendedores que preparan más de 5.000 talleres de media. 

A las vendedoras les hacen regalos como viajes o pluses

Las vendedoras de Charlott tienen descuentos a la hora de comprar las mismas prendas que ofrecen a los clientes, pero también les hacen regalos como paraguas o bolígrafos. Aunque lo que más valoran es que les regalen viajes. “Cada trimestre se ofrecen estancias y se organiza un gran viaje para premiar el rendimiento de las vendedoras y la experiencia que van consiguiendo”.

Magali fue la ganadora en 2024 de un viaje a Tailandia por sus buenos resultados. Aunque comenzó sin presentar ningún requisito, no tenía experiencia ni formación, a la empresa no le molestó. “Lo que se pide es motivación y deseo de llegar a los demás”. 

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