Sergio Luque (Palma de Mallorca, 1978) no es un policía cualquiera. Este subinspector de la Policía Nacional, exmilitar, graduado en Derecho y experto en coaching, se define como un “pensador” que no teme señalar las carencias de su profesión: “La gente no sabe lo que hace la policía, no lo sabe y nadie sale a explicarlo”, denunció en una entrevista en Vaquero Podcast, presentado por Roberto Vaquero.
Durante su intervención, el agente lanzó la advertencia de que la ciudadanía no conoce las verdaderas funciones de la Policía Nacional y que la propia institución no se preocupa en explicarlo. Para ello, dio ejemplos concretos de esa brecha entre la percepción y la realidad:
“Si alguien supiera que el coche que ve pasar a 30 por hora viene de descolgar a un ahorcado, diría: ‘Oye, pues no van tan frescos. Oye, pues no van paseando. Oye, pues van callados por evadir la realidad’”.
Así desmontó el estereotipo de que los agentes ‘van paseándose’: “Yo escuché esa frase, ‘ha pasado un coche paseándose’ y a lo mejor era un coche que venía de un óbito que no lo he enviado yo y he ido yo para que tengan una descarga emocional”, cuenta.
Además, puso como ejemplo las llamadas por ruidos vecinales, que a simple vista parecen intervenciones menores, pero, como explicó, el patrullero que acude puede venir “de pelearse con uno o de contener a un enfermo mental, o de una multivariedad de intervenciones”. En esos casos, afirmó que “la gente empatizaría de otra manera con la policía, pero no lo sabe”.
La presión emocional que no se ve desde fuera
Luque subrayó la intensidad del trabajo diario del cuerpo: “Un policía en ocho horas de servicio puede tener 12 intervenciones completamente distintas, cada una con su intensidad emocional completamente distinta”. Y advirtió que esa presión emocional se enfrenta a una expectativa social que nadie explica a los ciudadanos.
El subinspector cargó también contra el silencio de la propia institución e, incluso, advierte de que los pocos que se atreven a contar esta realidad lo hacen “a título particular y arriesgándonos a un expediente disciplinario”. Y criticó los prejuicios basados en la apariencia: “El patrullero… ven a ese chico guapo con cuatro tatuajes, la barbita arreglada y parece que no hace nada. Y tú sabes el desgaste que hay, por ejemplo, en Zetas”.
“Estamos dispuestos a morir por vosotros”
En otro momento de la entrevista, Luque lanzó un mensaje aún más contundente sobre el compromiso de la policía con la ciudadanía: “La gente debería conocer a su policía porque estamos dispuestos a morir por vosotros. De verdad, tenéis gente ahí fuera dispuesta a morir por vosotros”.
Reconoció que no todos los agentes tienen ese grado de entrega, pero insistió en que “la gran mayoría” sí lo sienten así. En su opinión, la sociedad debería esforzarse por conocer “las distintas personalidades que se contienen dentro de ese uniforme azul” y entender que, aunque hoy a un agente le toque “orden público”, mañana puede ser capaz de “morir por ti o por tu madre”.
Para Luque, mientras “nadie le explica a la gente lo que es un policía”, seguirán los prejuicios y los “mantras de opinión y de corrientes de opinión” que, afirma, construyen el imaginario colectivo.
