Convertirse en funcionario es el sueño de cada vez más profesionales. Sus ventajas son de sobra conocidas, empezando con que garantizan empleo fijo para toda la vida junto a buenas condiciones laborales, como el sueldo. Pero, para ello, hay que aprobar primero unas oposiciones, que es lo que permite conseguir una plaza.
Es un proceso selectivo que temen muchas personas, y lo cierto es que el camino del opositor no es sencillo. Se necesita tiempo, dedicación y esfuerzo para poder preparar los temarios adecuadamente. Y, aun así, hay oposiciones donde es difícil aprobar a la primera, y que suelen requerir de varios años de estudio así como dedicación exclusiva. Pero, al contrario, también existen oposiciones fáciles de aprobar con sueldos altos.
Es el caso de las oposiciones para la Unión Europea, conocidas por tener unos procesos de selección bastante sencillos y que son fáciles de superar. Aunque la facilidad de sus procesos no es lo único que destaca, sino también los sueldos que ofrecen a los opositores que pasen a ser funcionarios. En el menor de los casos, un asistente cobraría 3.200 euros netos al mes (AST3), mientras que los administrativos tendrían un salario de entre 4.100 (AD5) y 6.000 euros netos mensuales (AD7).
Cómo son las oposiciones a la Unión Europea
Principalmente, las oposiciones a la Unión Europea permiten trabajar de funcionario como administrador (AD), asistente (AST) o asistente-secretario (AST-SC). Siempre que se publica alguna convocatoria, se hace en la Oficina Europea de Selección de Personal (EPSO), donde se pueden consultar todos los procedimientos de selección en curso o informarse sobre los procesos selectivos previstos.
Desde la EPSO también establecen las pruebas que hay que superar para conseguir plaza, y que se suelen dividir generalmente en tres fases. En la primera de ellas, hay que pasar varios test de opciones múltiples por ordenador, que se conocen como CBT (computer-based tests). Son de carácter psicotécnico y permiten evaluar las capacidad de razonamiento verbal, numérico y abstracto de los candidatos.
La siguiente fase, intermedia, puede variar dependiendo del perfil al que nos presentemos. Por ejemplo, en las oposiciones “generalistas” (por ejemplo, las de AD5) se tiene que superar un ejercicio de bandeja electrónica, por el que el candidato recibe 100 correos electrónicos a un apartado hipotético y tiene un tiempo determinado para entender y comprender todos los textos que le han reportado. Una vez acabado el tiempo, debería pasar una serie de preguntas tipo test.
En el caso de las oposiciones de “especialista” (como las de AD7), se realiza una ‘evaluación’ de talentos, donde los candidatos deben enumerar sus competencia, experiencia y cualificaciones profesionales, que serán evaluadas por un tribunal. Por último, la fase final, que se conoce como ‘Centro de evaluación’, se evalúan las competencias de cada candidato a través de distintas pruebas que van variando según el proceso, pero suelen ser un estudio de caso, una presentación oral, un ejercicio de grupo o una entrevista sobre competencias.
En la misma web de EPSO, se pueden encontrar ejemplos de cada una de las pruebas. El objetivo del proceso de selección es establecer una lista de reserva de candidatos aprobados para que, cuando se necesite personal, las instituciones de la Unión Europea busquen en este listado al candidato ideal y le convoquen para una entrevista de trabajo.
Requisitos de las oposiciones a la Unión Europea
Por regla general, estos son los requisitos exigidos desde las instituciones de la Unión Europea para poder presentarse a las oposiciones:
- Ser ciudadano de un Estado miembro de la Unión Europea o de un país en vías de adhesión.
- Tener un conocimiento excelente de una de las lenguas oficiales de la UE y un conocimiento satisfactorio de una segunda lengua oficial. En la mayoría de los casos, se suele exigir que esta segunda lengua sea inglés o francés.
- Puede haber específicos de cada oposición. Por ejemplo, las “generalistas” son principalmente para titulados universitarios sin experiencia o con poca experiencia profesional. Por su parte, en las oposiciones para “lingüistas” se pide conocer una tercera lengua oficial.
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