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Una pelea entre presos desata la indignación de los funcionarios de prisiones: denuncian la falta de seguridad, piden aumentar la plantilla y pistolas táser

Una nueva reyerta en el módulo más conflictivo del Centro Penitenciario El Acebuche, en Almería, provoca indignación entre los trabajadores, que reclaman más recursos a la Dirección de la prisión.


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Muro de seguridad del Centro Penitenciario El Acebuche (Almería) |NoticiasTrabajo
Icíar Carballo
Fecha de actualización:

Los funcionarios de prisiones en España constituyen un pilar fundamental para la reinserción social de los reclusos. Pero, ¿están dotados del material necesario para desarrollar su labor con seguridad? ¿Hay suficiente plantilla para abordar los retos del día a día? Estas preguntas han vuelto a resonar en el Centro Penitenciario El Acebuche, en Almería, tras la última pelea protagonizada por internos en uno de sus módulos. 

El altercado ocurrido el pasado lunes, 17 de febrero, tuvo lugar en el módulo 7 de la prisión almeriense, donde se encuentran alojados 89 internos preventivos reincidentes, algo que lo convierte en el más conflictivo del centro.

NoticiasTrabajo se ha puesto en contacto con la Central Sindical Independiente y de Funcionarios, CSIF Almería, quien ha denunciado, una vez más, que este tipo de situaciones son consecuencia de lo que llevan más de un año reclamando; así como con la dirección del Centro Penitenciario El Acebuche, para esclarecer los hechos y conocer las condiciones laborales de los funcionarios de prisiones.

Dos presos heridos con brechas en la cabeza

La pelea, protagonizada por una decena de internos, se desencadenó tras el lanzamiento de droga desde el exterior del centro penitenciario. Un incidente que se resolvió con dos de ellos heridos, teniendo que ser trasladados a enfermería con sendas brechas en la cabeza. 

Un total de 12 funcionarios de prisiones intervinieron para disolver la reyerta, una cifra que José Gallegos, responsable de CSIF en la Sección Sindical del Acebuche, califica como “insuficiente”. Tras salir todos los empleados ilesos, por seguridad, pusieron a 5 de los implicados en aislamiento, dos fueron cambiados directamente a otro módulo, y el resto fue trasladado a sus celdas.

Por su parte, Nahum Álvarez, director del Centro Penitenciario El Acebuche, confirma que en el momento en el que los funcionarios de prisiones se personaron en el lugar de los hechos, “rápidamente desapareció el conflicto sin necesidad de que utilizaran medios coercitivos”. Además, asegura que no pueden calificar la actuación de grave, “aunque algunos sindicatos lo hayan magnificado”, añade.

“Superpoblación” de presos en el módulo 7 de El Acebuche

CSIF considera que una de las razones de este incidente es la “superpoblación” del módulo 7, “ya que 70 es su máximo”, y achacan a la dirección de la prisión de “hacer oídos sordos” a sus requerimientos que, como consecuencia, ha desencadenado en “una gran pelea sin precedentes que ha puesto en peligro tanto a la población reclusa como a la plantilla de trabajadores”. 

Sin embargo, el director del centro asegura que el altercado fue causado por el tráfico de estupefacientes y no por la capacidad del mismo, ya que “puede albergar hasta 100 presos y en ese momento había 89, aunque para ese módulo sí que supone un número elevado”. Por ello, se prevé que en torno al 15 de marzo de 2025 El Acebuche cuente con la apertura de un nuevo módulo para redistribuir a los internos.

Director Centro Penitenciario El Acebuche
Nahum Álvarez,  director del Centro Penitenciario El Acebuche

Una noticia que recoge el sindicato sin demasiado entusiasmo, ya que, tal y como explican a NoticiasTrabajo, se trata de una nueva apertura para la cual no se tiene previsto un aumento de personal. Es decir, que los funcionarios de prisiones también tendrán que redistribuirse para atender el nuevo módulo, algo que podría perjudicar al reparto de personal por cada uno de los módulos existentes. “La experiencia nos dice que cuando pase un mes, tendremos otro módulo lleno de presos otra vez”, lamenta Gallegos, pues se ha incrementado en 60 el número de internos durante el último año. 

CSIF denuncia la situación “insostenible” de la plantilla

Desde CSIF se preguntan qué más tiene que ocurrir en la prisión almeriense para que la Secretaría de Instituciones Penitenciarias actúe. Por un lado, piden un aumento de la plantilla y, por otro, que se reconozca al personal de prisiones como agentes de la autoridad

“Estamos viendo cómo el déficit de personal y la falta de herramientas normativas para las plantillas de Instituciones Penitenciarias está teniendo consecuencias directas en la convivencia diaria del centro”, subraya Gallegos, explicando que la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) “está cubierta solo al 80%”. Así, reclaman la incorporación de unos 50 o 60 funcionarios más “para que podamos funcionar con normalidad”.

Funcionario prisiones CSIF
José Gallegos, responsable de CSIF en la Sección Sindical del Acebuche

En contraposición, Álvarez desmiente que haya un déficit de personal en El Acebuche: “tenemos la RPT prácticamente cubierta”. Asegura que suman más de 380 funcionarios en la plantilla del centro, “más 30 que están pendientes de venir en este trimestre”, y aclara que “otra cosa es que la RPT que se elaboró en su día no fuera la más adecuada”.

Reclaman más formación

Además, CSIF también denuncia la falta de formación dirigida a los funcionarios por parte de Instituciones Penitenciarias. “Nos dan un pequeño curso de 8 horas cuando aprobamos la oposición y ahí nos dejan”, lamenta Gallegos. Así, desde el sindicato reclaman “pistolas táser y una formación continua en cursos de defensa personal”. Unos recursos que, según asegura, serían de gran utilidad para proteger a los funcionarios en situaciones como la del pasado lunes.

Por su parte, Álvarez niega la dotación de pistolas táser y hace hincapié en que “son un cuerpo no armado”, recalcando que “tenemos los medios legalmente establecidos”, entre las esposas y las defensas de goma.

A pesar de todo ello, el director asegura a este medio hacer todo lo que está en su mano para “reducir los incidentes” en el centro y recoger las preocupaciones del sindicato para trasladarlas a quien las deba atender. “Entre ellas, la falta de personal”, reconoce y destaca su deseo por “normalizar la vida en la prisión y abrirla a la sociedad”.

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