Un hombre que se dedica a la limpieza de ventanas ha conseguido ser campeón mundial de este oficio (hecho deporte para él) coleccionando trofeos y ofertas de trabajo, ya que no ha parado casi en toda su vida de rechazar imponentes cifras que le ofrecían otras empresas para trabajar para ellas.
Franck Lauret es toda una estrella en su terreno: la limpieza de ventanas, uno de esos oficios tradicionales a los que ya poca gente se quiere dedicar. Su historia es de esas que no pasan desapercibidas. “Comencé mi carrera como empleado de una empresa de limpieza en la región de Poitou. A los seis meses, mi jefe me propuso, junto con mis compañeros, participar en las rondas clasificatorias del Campeonato Francés. Gané el primer puesto y, por lo tanto, me clasifiqué para París. Después gané el Campeonato Francés. Tenía la opción de recibir el dinero o que me reembolsaran el viaje para participar en el Campeonato Mundial, que se celebraba en Estados Unidos. Elegí lo segundo”, cuenta Franck para el medio Le Figaro.
El fanático limpiador de ventanas se fue a Estados Unidos, donde volvió a ser de los mejores, quedando quinto entre un centenar de participantes. “Me decepcionó mi resultado porque aspiraba al podio. Mi jefe me prometió que volvería al año siguiente. Me hizo un caballete para que pudiera practicar”, recuerda. A partir de ahí, vinieron muchos años de competición. En 1997, en su tercera participación en el Mundial, se llevó el título de campeón. “Gané este título trece veces, incluyendo nueve veces consecutivas”, dice con orgullo.
Ya para el año 2020, la empresa donde trabajaba fue comprada por un grupo y él empezó ya no estaba tan agusto como antes. Así que decidió dar el paso: dejó su puesto (donde ya era gerente y dirigía a unas veinte personas) y fundó su propia empresa, Hygie Pro. Cinco años después, esta compañía con sede en Poitiers cuenta con dieciocho empleados y se dedica a servicios de limpieza y mantenimiento: eliminación de musgo de tejados, cuidado de edificios, jardines y más. “La limpieza de ventanas ya no es mi única actividad”, comenta.
Desde el principio, no necesitó hacer publicidad para atraer clientes. “Nunca publicito mis logros, nunca me anuncio… El boca a boca es suficiente. Mi título de Campeón del Mundo es una verdadera ventaja: me trae muchos clientes. Muchos quieren trabajar conmigo”, confiesa el hombre que también participó en “France’s Got Talent” en 2022. El éxito de su empresa ha sido constante desde entonces. “Esto me permite pagar a mis limpiadores de ventanas un poco más que el promedio, unos 1.800 euros netos al mes”, explica.
Le dijeron que podría cobrar el doble
Su fama como Campeón del Mundo también le abrió muchas puertas. “Tras una de mis victorias en el Campeonato Mundial de Estados Unidos, una empresa japonesa se ofreció a trasladar a mi familia a Japón, donde nos esperaba una villa. Querían que entrenara a sus 6.000 limpiadores de ventanas. El dinero no era problema: el gerente me dijo que mi precio sería el suyo…”, recuerda. En otra ocasión, un empresario italiano intentó ficharlo. “Sin saber mi salario actual, me ofreció duplicarlo. Como no respondí a su oferta de inmediato, volvió y me ofreció triplicarlo”, cuenta entre risas.
Ahora Franck Lauret disfruta de su faceta como empresario y también trabaja como entrenador en varias escuelas. Además, sigue compitiendo junto a su hijo, que ha seguido sus pasos. “Vamos a intentar clasificarnos para el Campeonato Mundial, que tendrá lugar en febrero de 2026 en Orlando”, concluye.

