"Falta gente en el campo". En algún momento, todos hemos escuchado esta frase, casi un mantra propio de nuestra sociedad. No en vano, las organizaciones agrarias llevan tiempo alertando de esta carencia de mano de obra. Incluso, el secretario general de COAG, Miguel Padilla, explicaba que en los próximos 10 años se necesitaría que se incorporasen cerca de 200.000 agricultores "para responder al número de jubilaciones previstas".
Claro que la demanda es mayor en tareas intensivas como la recolección de aceituna que arranca en octubre, pero afecta a todo el sector agrario. Los agricultores equiparan ya este problema a la sequía y al aumento de los costes de producción.
Las organizaciones agrarias alertan de la carencia de mano de obra en el campo
La sequía de los últimos años y la menor producción aparejada redujo un problema que se agrava ahora y se multiplicará con producciones normalizadas. De hecho, la media anual de trabajadores en los últimos años no supera ni los 10.000 trabajadores, según la Asociación de Agricultores Españoles.
Uno de los principales motivos de que falten profesionales es el escaso atractivo del sector entre los jóvenes: "Solo el 1.5% de los trabajadores del campo tienen menos de 25 años", detallan, a su vez, desde la COAG, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos en declaraciones al programa de Espejo Público de Antena 3 el pasado lunes. “Esto significa que solo 12.000 jóvenes menores de 25 años trabajan en la agricultura”, añaden.
Por tanto, lo que es claro es que la agricultura española se enfrenta a grandes desafíos. Uno de ellos es que no hay relevo generacional, ya que, al igual que ocurre en trabajos como el de la construcción, no resulta atractivo para los jóvenes. Esta es una realidad compleja que se salva campaña tras campaña con población migrante.
Las campañas, salvadas por la población migrante
Como explican estas asociaciones al espacio televisivo, España asume mano de obra de diferentes orígenes, desde marroquíes a peruanos, senegaleses y cada vez más, pakistanís. “Es una mano de obra que se requiere y que es muy valiosa", en mención a los migrantes, dejando claro "que sin ellos las campañas de recolección no se podrían hacer", explica Carles Peris, productor de cítricos y secretario general de La Unió Llauradora i Ramadera, a Antena 3.
En la misma línea, Peris resalta que “hace falta mano de obra especializada y cualificada, se necesita formación agraria reglada y una mano de obra regulada con contratos en origen y destino. Habrá que sentarse a trabajar, somos dinamizadores de la economía y a este paso las cosechas se van a quedar sin recoger”, al tiempo que asegura que la situación llega a ser incluso “crítica” respecto a la contratación de personal cualificado, como por ejemplo tractoristas.
“No hay gente suficiente”, lamenta la COAG ante Espejo Público, considerando que se tienen que poner sobre la mesa “negro sobre blanco” cuáles son las opciones existentes “no solo de trabajo nacional, sino del extranjero, de los contingentes, para ver cómo encajarlo todo para buscar soluciones”.
"No es un problema de dinero, se paga lo acordado con los sindicatos"
En Granada, el portavoz de los agricultores de la ASAJA granadina, Manuel del Pino López, incidió el pasado martes en el diario Ideal que las trabas para atender las producciones no responden a un tema de dinero, sino a una orientación equivocada del Ejecutivo: “Se paga lo acordado con los sindicatos. El jornal mínimo en Granada son 58,39 euros y en muchas empresas se paga a partir de 60 euros. En campaña salen sueldos de más de 1.500 euros con facilidad. Los sueldos del campo son muy dignos. No es un tema de dinero, la cuestión es que las políticas favorecen al desempleo y no incentivan el trabajo”, dice.
Aunque todavía queda mucho, por el momento hay muy buenas expectativas de producción para los jornaleros del olivar, entre otros. Los trabajos para sus campañas se desarrollarán entre septiembre de 2025 y mayo de 2026.
“Veremos cómo se desarrolla la floración y los siguientes pasos, pero la previsión con todo lo que ha llovido es positiva. El año que viene habrá un problema muy serio de falta de mano de obra en las zonas olivarera”, lamentan desde la Asociación de ganaderos en Granada, concluyendo que si esta situación no se soluciona se pone en riesgo los cultivos que necesitan más fuerza de trabajo y que no pueden ser mecanizados, como el olivar tradicional.
