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Este director ejecutivo exige trabajar 80 horas a la semana: “los días laborables empiezan a las 9 de la mañana y terminan a las 11 de la noche”

Deja claro en las ofertas de empleo que el equilibrio entre la vida laboral y personal no existe en su empresa.

 Daksh Gupta, de solo 22 años
Este director ejecutivo exige trabajar 80 horas a la semana: “los días laborables empiezan a las 9 de la mañana y terminan a las 11 de la noche” |Twitter de Daksh Gupta
Esperanza Murcia
Fecha de actualización:
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En un momento donde se debate en gran parte del mundo la reducción de la jornada laboral (incluyendo España), hay empresarios que abogan por totalmente lo contrario: aumentarla. Lo ven “fundamental” ya no solo para mantener el volumen de su actividad, sino para crecer. El joven director ejecutivo Daksh Gupta, de solo 22 años, es uno de ellos, exigiendo una jornada de 80 horas a la semana.

Dueño de la startup de software de inteligencia artificial, Greptile, sorprendió hace un año con unas declaraciones muy claras: el equilibrio entre la vida laboral y personal es un mito en su empresa. No se anduvo con rodeos y, de hecho, lo publicó tal cual en su cuenta personal de ‘X’ (antes Twitter).

“Recientemente, empecé a decirles a los candidatos en la primera entrevista que Greptile no ofrece equilibrio entre la vida laboral y personal, que los días laborables típicos empiezan a las 9 de la mañana y terminan a las 11 de la noche, a menudo más tarde, y que trabajamos los sábados y, a veces, también los domingos”, comenzó explicando.

La cosa no acabó ahí. Y es que Gupta quiso destacar también que “el entorno es muy estresante y que no se tolera el trabajo deficiente”. Unas declaraciones nada exentas de polémicas pero que él defiende: “Al principio me parecía mal hacerlo, pero ahora estoy convencido de que la transparencia es buena, y prefiero que la gente lo sepa desde el principio en lugar de descubrirlo el primer día”.

“Si no eres una de las pocas personas que disfrutan con eso y lo buscan, probablemente no deberías trabajar para mí”

El medio ‘Fortune’ se puso en contacto con Daksh Gupta para profundizar en este “estilo de vida”, asegurando este que, tras lanzar este mensaje, recibió “un 20 % de amenazas de muerte y un 80 % de solicitudes de empleo”. Manteniendo la misma línea, este CEO afirmó que no se arrepiente de nada: “Me gustaba la idea de llegar a ser realmente extraordinario en algo muy específico porque quiero llegar a ser muy, muy bueno”, por lo que, “en lugar de calificar mi lugar de trabajo como “dinámico” y “trepidante”, quiero ser muy transparente y decir que es intenso y difícil. Trabajamos muchas horas porque intentamos superar a nuestra competencia”.

En este sentido, asegura que no se sintió molesto por los comentarios negativos que recibió, ya que es “la regla de internet” que si dices algo controvertido o con opiniones firmes, siempre habrá alguien que no esté de acuerdo. “No guardo rencor a nadie que haya respondido, por muy negativa que sea su opinión”, expresó al respecto.

Asimismo, se defendió que, siendo entonces un equipo pequeño de 6 personas, quiere trabajar con personas que tengan el mismo nivel de dedicación que él: “Si no eres una de las pocas personas que disfrutan con eso, prosperan en ello y lo buscan, entonces probablemente no deberías trabajar para mí”.

Siguiendo con su defensa, afirma que no pide a la gente “que trabaje un número determinado de horas porque no tengo autoridad para hacerlo”, sino que lo que dice es que “así es como trabajamos aquí. Literalmente digo que no tenemos equilibrio entre el trabajo y la vida personal en la descripción del puesto”. Dicho esto, el propio Gupta reconoce que no es sostenible este tipo de cultural laboral pero espera que, dentro de un par de años, pueda sentirse más seguro en el negocio y, por lo tanto, más cómodo trabajando menos. “No creo que sea saludable más allá de ese punto, y probablemente tampoco sea productivo”, reconoce.

Como conclusión final, añade sobre su actividad, la creación de software empresarial, y la exigencia que impone, que es como los artistas o deportistas que se entregan a su pasión: “Me importa de la misma manera que a un atleta le importa su deporte o a un músico le importa su instrumento”, reiterando que esas jornadas laborales maratonianas son necesarias, al menos al principio, para tener éxito.

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