Blindar de manera global los derechos laborales de los trabajadores es el objetivo principal del I Congreso Internacional del Trabajo, convocado por el Ministerio de Trabajo, y que se ha celebrado estos días 13 y 14 de noviembre en Madrid. Con el mismo se ha pretendido avanzar hacia un movimiento internacional laborista de “aliados de los derechos de las personas trabajadoras” que permita diseñar políticas para hacer frente a los desafíos actuales, aprender iniciativas legislativas prometedoras y movilizar el respaldo internacional. Un ejemplo en nuestro país es la reducción de la jornada laboral, que se prevé que sea inminente.
En el mismo han participado más de 300 personas de alto nivel, entre representantes de Gobiernos, universidades, organismos internacionales, sindicatos, sociedad civil, juristas o expertos. Entre ellos, por arrojar algunos nombres, la profesora de las universidades de Lovaina, Harvard y Oxford, Isabelle Ferreras; la presidenta de la Comisión de Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento europeo, Li Anderson; la escritora estadounidense, Sarah Jaffe; el comisario europeo de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmit; la escritora española, Remedios Zafra; las ministras y ministros de Trabajo de Nepal, Senegal, Cabo Verde, Sudáfrica, Eslovenia, Rumanía, Palestina, Colombia, Honduras o Guatemala o ex ministros de este mismo departamento de Argentina, Portugal o Italia, además de destacados juristas del ámbito laboral o representantes sindicales, incluidos los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez respectivamente.
El congreso, además, como apuntaron desde el Ministerio de Trabajo, se produce en un momento de profunda transformación del mundo laboral, donde se están cuestionando los derechos de los trabajadores, “conquistados tras décadas de lucha” y en un contexto global “en el que avanzan posturas reaccionarias que, además, socavan derechos sociales reconocidos y generan más desigualdad”.
“El gran reto es que la democracia prime sobre la economía. Es la economía la que tiene que estar al servicio de la sociedad”, aseguraba la propia ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en su inauguración, donde también recalcó el propósito del evento como espacio de debate y motor hacia un “movimiento internacional laborista que, lejos de conformarse, trabaje incansablemente por ensanchar los derechos laborales en todo el mundo”.
Bajo este pretexto, algunos de los temas que se han tratado son la incidencia de la crisis medioambiental en el ámbito del trabajo, las repercusiones en los avances tecnológicos en los derechos laborales, las ‘inamovibles’ estructuras patriarcales que impiden reducir la brecha de género y retributiva que sufren millones de mujeres trabajadoras en todo el mundo o la necesidad de hacer partícipes de forma efectiva a los trabajadores en la toma de decisiones de las empresas.
Los 4 ejes del Congreso Internacional del Trabajo
El Congreso Internacional del Trabajo ha estado compuesto por cuatro sesiones de debate que respondieron, respectivamente, a los siguientes temas: ‘Blindar el poder laboral y sindical en los Estatutos del Trabajo del siglo XXI. Hacia una verdadera democracia en el trabajo’, ‘Gobernar las transiciones y ensanchar los derechos laborales. Hacer frente a la esclavitud algorítmica y a la emergencia climática’, ‘Despatriarcalizar el trabajo. Hacia un laborismo feminista y diverso’ y ‘Un frente unido por los derechos de las personas trabajadoras que aúne al Sur y Norte Global. Balance y próximas acciones’.
Firmada la Carta Global de Derechos Laborales
Para concluir el Congreso Internacional del Trabajo, Yolanda Díaz junto a homólogos de otros países, líderes sindicales e institutos y centros de pensamiento del ámbito laboral, han firmado la Carta Global de Derechos Laborales, un marco general de referencia internacional que recoge los “estándares básicos” en la protección de los trabajadores.
“Este documento aspira a convertirse en la carta magna de los sindicatos y personas trabajadoras en todo el mundo”, ha detallado la ministra, refiriéndose también a ella como el primer paso para reconstruir el contrato social a nivel global, “una primera piedra en la construcción de una internacional laborista para el siglo XXI”.
El cierre del congreso ha corrido a cuenta de la propia ministra de Trabajo, la secretaria general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), Esther Lynch, con la que mantuvo un encuentro a primera hora de la mañana, y el secretario general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), Luc Triangle.
Durante este, Díaz reveló que el Congreso Internacional del Trabajo va a tener continuación y la próxima edición se celebrará en Eslovenia. “La iniciativa nos llena de ilusión en tiempos de desánimo. Estamos creando una internacional de la esperanza en un mundo que puede ser mucho mejor de lo que es ahora”, ha concluido.
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